Dos niños sufren quemaduras al tocar el pomo de una puerta
Una madre y sus hijos, de 4 y 10 años, sufrieron quemaduras leves el viernes al tocar el pomo de la puerta de su piso, en Castell d'Aro (Baix Empordà), que alguien había impregnado con líquido corrosivo, al igual que el felpudo de entrada a la vivienda. Los primeros indicios apuntan a un nuevo caso de violencia machista, protagonizado por el ex compañero sentimental de la mujer.
Los hechos sucedieron hacia las 19.00 horas del viernes en un bloque de pisos de la calle de Cal Rei, una zona de viviendas nuevas próxima a Platja d'Aro. Una vecina entraba en su piso cuando se percató de que el felpudo de la puerta de enfrente se estaba quemando y que había un fuerte olor a disolvente. Al intentar apagarlo, se dañó los pies y notó un intenso picor en los ojos a causa de la reacción química del líquido que había desparramado en el descansillo del portal. Momentos después llegó la propietaria del piso con sus hijos, una niña de 4 años y un niño de 10. La pequeña tocó el pomo de la puerta para entrar en la casa y al instante sufrió una reacción en la piel. Asustada, se llevó la mano a la cara y los brazos y, sin querer, se provocó más quemaduras. Su hermano también se quemó en las manos, además de sufrir ambos una fuerte irritación en las vías respiratorias. La madre, de nacionalidad española y separada desde hacía cuatro años, resultó intoxicada por inhalación de gases.
Al domicilio se presentaron agentes de la Policía Local y los Mossos d'Esquadra, y también intervinieron los bomberos a causa del humo irritante y del intenso olor de sustancia química del producto arrojado. La familia fue ingresada en el Hospital de Palamós y fue dada de alta el sábado por la mañana.
Los agentes sospechan que el autor de la impregnación corrosiva pueda ser la ex pareja sentimental de la mujer, que es el padre de la niña. Se trata de un delincuente habitual, al que se le imputan delitos como una agresión con arma blanca a su ex pareja por la que está cumpliendo condena en la cárcel, pero podría haber salido del centro penitenciario con un permiso.
También se apunta a una mala relación de la mujer con sus vecinos. Fuentes cercanas al caso han descrito a la víctima como poco "integrada" en el barrio y "rara". El alcalde de Castell d'Aro, Joan Giraut, explicó ayer que en torno a la familia había un clima de "conflictividad".
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