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Reportaje:Automovilismo | Gran Premio de Mónaco

El espejo para Valencia

Montecarlo, paradigma de los circuitos urbanos, reúne 'glamour', dinero y tradición, pero poca seguridad en la pista

"Mónaco representa todo aquello que ha hecho grande a la fórmula 1. Es un anacronismo que luchemos por la seguridad en este circuito". La frase corresponde a Damon Hill, ex campeón mundial, pero la firmarían la mayoría de los pilotos que ahora configuran el paddock. Montecarlo reune glamour, negocio, tradición y exclusividad. Pero, al mismo tiempo, su trazado es el más peligroso y lento del campeonato. "Aquí, cualquier error es decisivo", comenta Fernando Alonso, doble campeón, uno de los pocos críticos con la poca seguridad que ofrecen los trazados urbanos.

Cualquier piloto sabe que el trazado monegasco es el más exigente del calendario. Es el más corto (3,34 kilómetros), el que ofrece peor promedio de velocidad (unos 150 kilómetros por hora), el que tiene la curva más lenta (50 km/h en la primera, llamada La Rascasse), el que concede menos agarre y el único que tiene las vallas de protección tocando el asfalto. La seguridad sólo se supone. En el Principado se han visto algunos de los accidentes más espectaculares de la historia, entre otros, el de Lorenzo Bandini, en 1967, que no pudo abandonar su coche en llamas, tras dar varias vueltas de campana, y falleció unos días más tarde en el hospital. El pasado jueves, en los entrenamientos libres, se produjeron nueve y, en la mayoría de ellos, los coches quedaron muy dañados.

La entrada al Paddock Club cuesta 3.713 euros; una terraza con vistas, 2.000 toda la semana
En la cita española, al revés que en la monegasca, Ecclestone controlará el negocio
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Alonso consigue la pole

"Para todos, sin embargo, este gran premio es considerado el más importante del año", confiesa Norbert Haug, vicepresidente de Mercedez-Benz Motorsport. ¿Por qué? En gran parte por el glamour -es habitual encontrar actores de cine, artistas, cantantes famosos y personajes de la vida pública- y la tradición, porque en estas calles se disputan carreras desde 1929, mucho antes de que se iniciara el Mundial de fórmula 1 (1950). Pero también porque la carrera ofrece un volumen de negocio enorme tanto para Bernie Ecclestone, el patrón del circo, como para los habitantes del Principado.

Para muchos monegascos, la carrera de fórmula 1 es como una lotería con premio fijo. Hasta el punto de que el propio Gobierno -éste es el único gran premio en el que el promotor es el propio país- ha debido establecer unos máximos en los precios de los establecimientos de comida cercanos al circuito. Los bocadillos grandes no pueden superar los 4,80 euros; los perritos calientes, los 2,70, y las bebidas se venden a 3,70. "Creemos que eso ya es suficiente, pues doblan los precios habituales", explicaba ayer un responsable del programa de expansión económica del Principado.

No obstante, el verdadero negocio no está ahí. Si en algo se distingue la carrera de Montecarlo es en la exclusividad. A esta prueba no puede tener acceso cualquiera. Una tribuna normal para asistir al gran premio cuesta ya unos 500 euros. Pero disponer de una terraza desde la que se pueda divisar el circuito puede alcanzar la cifra de 2.000 por persona por toda la semana.

El Café de París, justo al lado del Casino, ofrece una comida especial para el día de la carrera a un precio de 610 euros aduciendo que desde su terraza pueden verse pasar los coches por la plaza más famosa de la ciudad. Y el hotel Hermitage vende a sus clientes las sillas en la terraza a 600. La Société Bains de Mer (SBM), que regenta los establecimientos más emblemáticos del Principado, sirve estos días más de 25.000 cubiertos. En sus hoteles más famosos, la semana puede costar hasta 5.000 euros por persona y hay reservas para los próximos dos años.

Otro foco de negocio es el alquiler de apartamentos. Habitualmente, un estudio cuesta 1.000 euros al mes. Pero, si tiene vistas al puerto y al circuito, se incrementa el precio hasta los 3.000. Y, aunque está prohibido hacerlo, muchos propietarios los alquilan la semana del gran premio por la módica cifra de unos ¡10.000 euros! También el mar ofrece beneficios. "Atracar un yate de entre 30 o 40 metros de eslora para atender a los clientes de las marcas patrocinadoras de algún equipo de fórmula 1 -son los que tienen preferencia- puede alcanzar la cifra de 150.000 euros", comenta Benito Pérez Barbadillo, jefe de prensa del tenista Rafa Nadal y propietario de una agencia de servicios en Montecarlo.

Para Ecclestone, el gran negocio sigue siendo el Paddock Club, el lugar más exclusivo para los clientes más exigentes en cada circuito. En Montecarlo las invitaciones cuestan 3.713 euros por persona y son las más caras del Mundial, por delante de las del Gran Premio de Canadá, con 3.452. En el circuito barcelonés de Montmeló donde se disputa el Gran Premio de España, por ejemplo, costaban 2.110. El trazado en el que este tipo de localidades resulta más económico es el de Estambul: 1.828.

Con todo, el patrón de la fórmula 1 sabe que en Montecarlo la mayor parte del negocio se le escapa. Y por eso está potenciando la carrera urbana de Valencia para 2008. El Gran Premio de Mónaco es un espejo para la ciudad española. Pero allí el circuito será diseñado por Hermann Tielke, uno de los colaboradores habituales de Ecclestone, y ofrecerá más escapatorias y más seguridad. Y, lo más importante, la mayor parte del negocio generado por la carrera quedará bajo un control mucho más directo del jefe.

Un bólido pasa bajo la terraza de un hotel.
Un bólido pasa bajo la terraza de un hotel.ASSOCIATED PRESS
La casa suiza Steinmetz ha sido la encargada de realizar las inscripciones con diamantes, que en ediciones anteriores han lucido otros pilotosVídeo: ATLAS

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