Mitos cotidianos

Reyeer Krass, uno de los estudios del diseño más importantes de Alemania, analiza en el prólogo dedicado al diseño el origen de la palabra icono, desde el imperio bizantino, donde surge el término a su evolución desde las iglesias ortodoxas rusas y griegas a las cristianas y de ahí al icono industrial. ¿Existe alguna conexión soterrada entre estos fenómenos? La respuesta que valdría para agruparlos sería el hecho de que se produzcan en masa. En todos los casos, ya sean retratos del emperador de turno o relojes de plástico de la firma suiza Swatch, se producen en masa. Para alcanzar la categoría de iconos resulta imprescindible que exista una "interacción ritualizada entre el usuario y el objeto y un contexto cultural específico dentro del cual el mito funcione".

Iconos del diseño muestra sólo utensilios de vida cotidiana. Cada objeto se acompaña de una ficha del autor que lo diseñó y un texto en el que se explica el origen y su desarrollo. El libro se abre con una auténtica pieza de museo, la máquina de escribir Underwood, diseñada por Frank X. Waganer, que fijó los estándares de las máquinas siguientes. Entre los objetos elegidos figuran también la silla Panton, las estilográficas Parker, las piezas de Lego -bloques de construcción de piezas-, las barbies o los tamagotchis.

El volumen dedicado a la moda está realizado sobre la misma base argumental pero, en este caso, se ajusta más a la evolución del vestido en el siglo pasado siguiendo un orden cronológico. Gerda Buxbaum, doctora en historia de la moda y directora del instituto de la moda de Viena, ha tratado de fundir historia y arte combinando el genio de los grandes creadores del siglo XX, con las grandes tendencias como el grunje o la minifalda y apartados dedicados a miriñaques, flecos, cortes al bies, bisutería y vestidos de cóctel, entre otros.

Moda y diseño se enmar

- can dentro de una serie que empezó a publicarse el pasado año. Jordi Galli, editor de Electa, lo tuvo claro desde el principio. La colección de origen alemán -Presstel Verlang- resultaba lo suficientemente "atrevida como para no ser tachada de tópica". La idea original pasaba por mostrar obras muy consolidadas historicamente y ponerlas en página con un fuerte apoyo gráfico. Los tres primeros títulos, Iconos de la fotografía, Iconos del arte erótico y Pintores que cambiaron el mundo,

marcaron la línea con una encuadernación flexible y formato cuadrado. La serie continuará el año próximo con Cincuenta pintores que hay que conocer.