Tres robos en un año

La magnífica ubicación de Exclusivas Carmen, una joyería situada frente a la Mezquita de Córdoba, es la mayor fortuna y la mayor desgracia de este negocio. La tienda está en la zona más transitada de la ciudad, con lo que se asegura que miles de ojos reparen en sus escaparates cada día. Pero, si la joyería estuviera tan sólo unos cuantos metros a derecha o a izquierda, los propietarios se hubieran ahorrado muchos disgustos. El local está en una esquina y los cacos pueden coger carrerilla con un coche antes de lanzarlo contra la entrada. En un año, esta tienda ha sufrido tres robos, dos por el método del alunizaje. "El otro fue con una alcantarilla que lanzaron contra el escaparate", relata Carmen, una de las encargadas de este negocio en el que trabajan seis personas.

¿Policía? Más bien poca, dicen las empleadas de la joyería. "Policías nacionales se ven muy pocos y los locales que vienen están pendientes de poner multas... Además, si alguien se fija durante un día puede saber perfectamente a qué hora hay y no hay policías", asegura Carmen. "Queremos que haya más", reclama la encargada de la joyería.

Los tres últimos robos se han producido por la noche. "Sabían a qué venían, se llevaron sólo el oro", añade Carmen, quien no puede cuantificar el valor de lo sustraído en los tres atracos. Los han denunciado, pero sólo en el último caso la policía logró recuperar algo del botín que se llevaron los ladrones. "Muy poco se recuperó". De momento, no han entrado a robar en la tienda a plena luz del día. Pero las empleadas viven algo intranquilas por si sufren un atraco cuando la tienda esté abierta.

Porque cuando está cerrada es complicado entrar ahora. "No hay nada imposible, pero ahora hay más refuerzo", dice Carmen. A raíz de los últimos atracos, los dueños de la joyería se pusieron en manos de expertos en seguridad. "Tardamos un buen rato en cerrar la tienda cada noche", indica. Además de los cristales blindados e irrompibles -que ya tenían antes-, los cierres y cerrojos, los postigos de metal y la alarma, han ideado un sistema contra los alunizajes: una barra de metal impide que avance el coche que los ladrones empotran contra los escaparates. "Segura al 100% en una joyería nunca estás, pero más que antes sí", señala la encargada.

El problema ahora lo encuentran para asegurar el negocio.