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La mitad de los barcos de Barbate renuncia al caladero de Marruecos

Los otros armadores reclaman menos limitaciones para seguir en aguas africanas

La mitad de los 20 barcos de cerco que tienen licencia para faenar en el caladero norteafricano en la localidad gaditana de Barbate han vuelto al golfo de Cádiz. Han preferido renunciar a los altos costes del viaje a Marruecos, adonde habían regresado el pasado 12 de abril tras siete años de espera, porque este mes y medio de trabajo apenas les ha dado rentabilidad. El resto de armadores que se mantiene en Marruecos también se plantea abandonar estas aguas a partir de junio, si la Unión Europea no consigue flexibilizar los límites impuestos en el actual convenio pesquero.

"Hay dos formas de morir. Rápido o lento. Yo prefiero morir rápido". El armador Manuel Rendón explica así de tajante su decisión de mantenerse, de momento, en Marruecos, aunque reconoce abiertamente que el regreso a aguas norteafricanas no le ha traído ningún beneficio.

"La rentabilidad ha sido cero", detalla. Para los barcos de cerco de Barbate, la localidad más beneficiada por el acuerdo pesquero, el regreso sólo les ha traído problemas. "Apenas hay pesca, nos ponen demasiadas trabas, no merece la pena", detalla Rendón.

El Siempre Virgen de Regla, del que es propietario, estaba ayer en Marruecos, pero la semana que viene podría regresar al caladero nacional. "Es una decisión que dejaré al patrón, aunque creo que es lo más beneficioso si no cambian las cosas", admite.

El nuevo convenio pesquero impone restricciones que frenan las ganancias. Los barcos europeos no pueden acercarse más allá de dos millas a la costa. No pueden usar luces auxiliares más allá de una zona muy delimitada situada a la altura de la ciudad marroquí de Asilah. Además, las redes caladas de las boniteras marroquíes obligan a desviarse a los barcos españoles y a prolongar los viajes con el consiguiente aumento del precio del gasóleo.

Todas estas circunstancias dificultan las capturas, que han sido mucho menores de lo esperado. "Sólo un día superamos los 40.000 kilos de boquerones. Otro día llegamos a los 20.000. Pero el resto ha oscilado entre 800 y 900. Eso es irrisorio", detalló ayer el director de explotación de la lonja de Barbate, Juan Antonio García. Las capturas de boquerón no superaron ayer ni los 200 kilos.

Los primeros meses de licencias para faenar en Marruecos (unos 80.000 euros para el total de barcos barbateños) fueron abonadas por la Junta de Andalucía, pero a partir del 1 de junio ese dinero tendrá que ser aportado por los pescadores. Será el momento en que algunos armadores deberán decidir definitivamente si renuncian a esa licencia o la mantienen a la espera de mejoras en el convenio que les permita avanzar en su situación.

Esas mejoras se negociarán en una próxima reunión en Bruselas con representantes de la Unión Europea y Marruecos, en la que se debatirá la posible ampliación del uso de luces hasta la ciudad de Kenitra, tal y como demanda el sector barbateño.

Manuel Rendón era uno de los armadores que más confiaba en este regreso a Marruecos, que se hizo efectivo el pasado 12 de abril. Ahora ha perdido esa confianza. Critica la facilidad que tienen los barcos marroquíes frente a las "enormes dificultades" que sufre el Siempre Virgen de Regla.

Su queja principal es la presencia de las boniteras norteafricanas. "Es como si te alquilaran una casa y tres habitaciones estuvieran ocupadas. No hay derecho". Reclama al Gobierno español y a la Unión Europea un esfuerzo negociador para garantizar la viabilidad del sector y el futuro de su barco.

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