Chaparrón

Un vicio que compartimos muchos bloggers es la tendencia a informarnos de la actualidad mediante otros weblogs antes que a través de medios más tradicionales. Por eso prefiero leer lo que Gallardón o Sebastián tengan que proponer para Madrid en caso de ser elegidos alcaldes en las bitácoras que ellos (o sus negros) tienen en Internet, en vez de esperar al resumen de sus últimos mítines.

Hace unos días Sebastián escribía en su blog que quería música para Madrid, y en el suyo Gallardón prometía llevar la cultura a la calle. Viendo la que está cayendo estos días los dos podrían hacer realidad sus propuestas si encontraran a un Gene Kelly castizo que bailara bajo la lluvia a ritmo de chotis.

Así no sólo tendríamos calles musicales, sino que además conseguiríamos sobrellevar un poco mejor los días de lluvia. Porque por mucho que se empeñen nuestros políticos en llenar sus programas electorales de referencias a la vivienda, a la educación o a la sanidad, el verdadero problema de los madrileños es el que cae del cielo cada vez que hay nubarrones. Gallardón puede darse una vuelta entera a la M-30 en taxi en una hora, pero sólo si no llueve, porque basta que caiga un chaparrón para que se inunden túneles, se formen kilométricos atascos, se colapse el aeropuerto y se corten líneas de metro.

Tantos años haciendo túneles en la ciudad para al final darnos cuenta de que por culpa de la ley de la gravedad el agua siempre va hacia abajo y termina por inundarlo todo. Más le habría valido al señor alcalde hacer caso a la Física, a Arquímedes y a su principio de flotación y haberse gastado los millones en un gran arca de Noé. Así al menos los madrileños podríamos salvarnos del caos y desconcierto de la ciudad siempre que anuncian tormenta.

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