Pasar del banquillo al Concello

En el pabellón polideportivo de Dodro hay jaleo. El equipo femenino de balonvolea Os Bacelos suele aprovechar los domingos para jugar un partidillo cuando no tiene competición. Las 20 muchachas comentan con bisbiseos el estilo del entrenador cuando ataca la pelota. Tiene fama de estricto, aunque su pinta es afable. Arturo Díaz nació hace 60 años en Monforte, pero lleva dos décadas en Dodro. La aventura del voleibol comenzó en 1991 porque "no había una alternativa para que las mujeres practicasen deporte". Ahora el equipo sólo compite en dos categorías, pero tuvo equipo cadete y juvenil. "A partir de esa categoría tienen que marcharse a Padrón si quieren seguir jugando porque aquí no hay presupuesto para más", se lamenta. "Me hace gracia cuando me llama el preparador físico de otro equipo. Yo tengo que hacer de preparador físico, de entrenador y también de taxista para llevar a la chicas a jugar".

Las horas que ha entregado (dos días de entrenamiento a la semana y partido los domingos) las considera una inversión excelente, aunque fuese a costa de desatender otras aficiones como la pesca, el ciclismo y su huerto: "El deporte es algo fundamental. Casi todas las jugadoras que han pasado por el equipo acabaron en la universidad".

Arturo Díaz se declara un deportista impenitente y un apasionado del movimiento asociativo. "Mucha gente del mundillo del voleibol cree que detesto el fútbol y es mi deporte preferido, aunque hay cosas que detesto. Los niños y los padres lo enfocan como un camino rápido para hacerse ricos y luego llegan las grandes frustraciones y los desengaños". Ha visto muchos. Es vicepresidente del equipo de fútbol de Dodro, que milita en la Segunda Regional. El esfuerzo de los jugadores es recompensado con cenas, pero la soldada de un entrenador ronda los 500 euros. Y eso que estamos hablando del precipicio del fútbol.

Él en estas fechas afronta su gran partido. Lleva 12 años entrenándose. "Es la tercera vez que me presento y espero conseguir la mayoría absoluta porque le he ido recortando distancia al PP en cada cita electoral. Si no lo consigo, con sinceridad, sería un gran palo", afirma confiado.

El PP se ha perpetuado en el Gobierno municipal desde hace 28 años. En los últimos comicios el marcador fue ajustado: 6 concejales PP, 4 PSdeG y 1 BNG. Y para invertir la tendencia en este municipio de 3.200 habitantes, suda la camiseta socialista. Después de entrenar al equipo femenino de balonvolea recorre las aldeas para entregar en mano los folletos electorales y explicar su proyecto para "dinamizar un municipio que está muerto".

Durante la tarde del domingo repite la jugada. Luego mitinea casi hasta la medianoche. "Tengo la ventaja de que el candidato del PP vive en Padrón", apunta para robustecer sus esperanzas de victoria.

Al tren de la política se subió en la estación del movimiento asociativo. En su hoja de servicios aparece otro cargo: vicepreside una asociación de vecinos. "Creo que al PP le incomoda que participe en tantas cosas. Es la única explicación que encuentro a que sólo subvencione el equipo de voleibol con 150 euros o a que hayan intentado impedirnos que entrenásemos gratis en el pabellón", lamenta.

Quizá también lo lamente Emilio Pérez Touriño si Arturo Díaz es elegido alcalde el domingo: "El otro día le dije que éste va a ser un gobierno municipal muy reivindicativo porque en infraestructuras estamos bajo mínimos".