El líder del PP sostiene que la gente ya no cree al presidente, sino a él
¿Para qué acudir a una reunión con alguien a quien no crees? Pues casi en exclusiva por educación. En una conversación informal con periodistas, Mariano Rajoy dejó ayer claro que el acuerdo con José Luis Rodríguez Zapatero en materia antiterrorista es imposible. Porque el presidente, dice el líder del PP, se ha metido en un lío del que no sabe salir y, sobre todo, porque "su palabra ya no vale. Nadie se cree que él no supiera nada de las 25 reuniones con Batasuna, y nadie le cree cuando dice que Batasuna no se presenta a las elecciones".
Por eso no espera nada de la reunión con Zapatero prevista para después de las elecciones, pero irá. Rajoy sostiene que hace unos meses mucha gente pensaba que el PP exageraba en sus críticas, pero ahora quien tiene credibilidad es él y no Zapatero: "Ahora me creen a mí, no a él".
Un Rajoy agotado pero optimista auguró que su partido crecerá en todas las comunidades y luego habrá una campaña para las generales durísima: "Veremos la estrategia del dóberman
[famoso vídeo socialista contra el PP] multiplicada por 25.000. Estarán todo el día con lo de la derecha extrema, con que somos unos radicales, con que estamos solos".
Por la mañana, en Badajoz, Rajoy y Carlos Floriano, el candidato del PP a la presidencia de Extremadura, hablaron en exclusiva de infraestructuras, el asunto programado en el plan de campaña, para contrarrestar el mensaje del PSOE de que el discurso del PP se limita a las listas de Batasuna. Prometió que si llega al Gobierno unirá todas las capitales de provincia y ciudades importantes con trenes de alta velocidad que circulen a 350 kilómetros. Además, garantizó que impulsará la autovía Badajoz-Cáceres.
Así logró que los informativos del mediodía lanzaran el mensaje positivo. Estrategas del entorno de Rajoy reconocen que el discurso duro de la lucha antiterrorista sirve para movilizar a su electorado más fiel, pero necesitan que llegue también el de la alternativa si quieren ampliar su espacio, algo imprescindible para un partido que está en la oposición. "El PSOE está enredado con sus líos con Batasuna, nosotros hablamos de futuro", aseguró en un abarrotado y entusiasta mitin que desbordó por completo el pabellón de los deportes de Cáceres. "¡A por ellos, oé!" "¡España, España!", gritaban.
Para Rajoy, el PP ha pasado lo peor, la época de soledad. No cree que su electorado más españolista castigue sus coqueteos con CiU y PNV, a los que en los últimos años el PP ha denostado. "A mí no me preocupa que sean nacionalistas, lo importante es lo que pactas con ellos. Ha sido Zapatero el que ha radicalizado el discurso de los nacionalistas con sus concesiones. Si yo hubiera aceptado el plan Ibarretxe, el PNV estaría encantado conmigo, pero es que no se trata de eso", señaló. En Navarra, por ejemplo, Rajoy culpa al PSOE de haber "convertido con su discurso ambiguo a Nafarroa Bai en un pedazo de partido", mientras el PSN pierde apoyos, según todas las encuestas. En cualquier caso, el líder del PP aseguró que él no piensa pedir un adelanto electoral.
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