La cómplice de un atraco con rehenes en Alicante declara que se enteró del asalto por televisión
Raquel de la Concha Castañeda, procesada por su supuesta complicidad en el atraco con ocho rehenes a una oficina bancaria de Alicante el 5 de abril de 2004, declaró ayer ante el tribunal que se enteró de asalto "por televisión". La mujer, compañera sentimental del protagonista del atraco, el fallecido José Iván Gallo, se enfrenta a una pena de 35 años de cárcel, según la calificación inicial del fiscal, que la acusa de ayudar a su novio a introducir las armas (un subfusil, una granada de mano y un aerosol) en la sucursal. Por estos hechos también está procesado José Gallo Sánchez, padre del atracador. El progenitor del asaltante, según el fiscal, llegó a la sucursal como mediador, pero "luego se sumó a los fines de su hijo". El ministerio público pide para José Gallo un año y 10 meses de cárcel. El fiscal la acusa de quedarse con parte del dinero desaparecido durante el atraco (12.000 euros).
La novia del atracador negó cualquier vinculación con el asalto a esa oficina bancaria. "Me enteré por la tele, mientras estaba en mi casa, en la playa de San Juan. Y entonces, me desplacé a pie hasta el banco", señaló. No obstante, el fiscal mantiene que la acusada acompañó hasta la sucursal al atracador y le ayudó a introducir la bolsa en la que portaba las armas y luego se dirigió al coche para esperarlo cuando culminase el atraco.
Mientras, la participación del padre del atracador en los hechos se produjo a raíz de una llamada de la policía. "Yo fui a la oficina con ánimo de colaborar. Mi hijo estaba muy nervioso y amenazaba en todo momento con hacer estallar la granada", declaró. José Gallo aseguró que no se quedó con ninguna cantidad de dinero y sobre los 2.400 euros que la policía encontró en su chaqueta dijo: "Me equivoqué y me puse la de un rehén".
El atraco comenzó a primeras horas de la mañana del 5 de abril de 2004 en la sucursal del Banco Pastor situada en la calle de Orión de Alicante. El atracador retuvo durante 12 horas a ocho rehenes, entre ellos directivos y clientes. Al filo de las 22 horas, el joven asaltante depuso su actitud tras pactar con la policía que le dejara abandonar la sucursal a bordo de una motocicleta. No obstante, un coche de la policía interceptó la moto a unos 300 metros del banco. José Iván Gallo, adicto a las drogas y con un largo historial en robos a bancos, optó por quitarse la vida en prisión el 16 de noviembre de 2004.
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