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Análisis:Si yo fuera alcaldesa de Santander | Elecciones 27M
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Entrada obligatoria desde el mar

Santander es deslumbrante; arracimada alrededor de una bahía única, el momento y la luz cambian la percepción de la ciudad. Pero el hechizo está en la noche: viéndola desde el mar, se convierte en una tiara brillante y mágica que absorbe al que la contempla.

Si yo fuera alcaldesa de Santander, cerraría sus entradas y obligaría a entrar desde el mar. La isla de Mouro sería nuestra frontera. Los barcos llegarían llenos de gente y un edicto marcaría que navegaran de noche, cuando su belleza te impacta para siempre y te sobrecoge.

Mi despacho como alcaldesa lo instalaría en el Marítimo, rodeada de cartógrafos y navegantes que diseñarían nuevas rutas oceánicas entre Santander y los puertos más lejanos; rutas comerciales y exóticas al estilo veneciano que llenarían de visitantes la ciudad.

Santander amante de la ópera, el ballet, la música y el arte en general sería el escenario perfecto para incrementar todavía más encuentros y actividades culturales durante todo el año.

Si yo fuera alcaldesa haría un gran centro oceanográfico en el Puntal, el Martha's Vineyard santanderino, al otro lado de la bahía, creando un gran acuario lleno de peces exóticos, convirtiéndose en un lugar de referencia para estudiosos del mundo marino.

Y en el palacio de la Magdalena, tan Tudor y británico, se constituiría el centro lingüístico castellano más importante del país.

Como alcaldesa me responsabilizaría de regalar un cuadro de Eduardo Sanz a cada santanderino que viviera fuera, para que tuviera un trozo de mar y no lo olvidara nunca.

Siempre he pensado que Santander me recuerda a San Francisco: las calles que bajan y suben en cuesta con el fondo del mar encerrado en la bahía, como un blindaje de agua protector.

Hermanar la bahía de Santander con San Francisco, Haifa o Estambul marcaría su condición de edén de agua.

Y cuando mi mandato se hubiera acabado, e imaginando de antemano que mis extravagancias no iban a ser votadas otra vez, me convertiría en un pez plateado para instalarme en un paraíso miltoniano y acuático: La Bahía.

La escritora Josefina Aldecoa.
La escritora Josefina Aldecoa.LUIS MAGÁN

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