Sebastián dice que como alcalde cobrará menos si no cumple

Promesa a promesa, la campaña se va calentando. Un día es un tranvía, otro una playa, otro la peatonalización de la Gran Vía... Y éstas son sólo algunas de las propuestas que ha hecho en el último mes el candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián. Llega un momento en que la campaña parece una subasta: "A ver quién da más". Y la pregunta básica es: ¿hay que creérselo? ¿Quién garantiza que los candidatos cumplirán lo que prometen?

La respuesta de Sebastián, que volverá a debatir esta noche con sus rivales en Televisión Española, consiste en plantear un nuevo modelo de gestión municipal que él califica de "revolucionario", y que hasta ahora no se ha puesto en marcha en ninguna Administración española: "Prometo que cobraremos menos si no cumplimos con los objetivos previstos y presupuestados anualmente".

Es cierto que no deja de ser una promesa: la promesa de las promesas. Está claramente filtrada del espíritu empresarial de este candidato (hasta hace sólo unos meses, asesor económico del presidente José Luis Rodríguez Zapatero). De hecho, consiste básicamente en aplicar la lógica empresarial de los incentivos por objetivos a la Administración pública.

"Vamos a tener una remuneración fija y una parte variable, como se hace en las empresas. Y aquellos concejales y cargos de responsabilidad política que cumplan los objetivos tendrán la remuneración apropiada, y aquellos que no la cumplan tendrán consecuencias en su remuneración, incluyendo la del propio alcalde", dice.

Según el aspirante a alcalde, el programa electoral "es un contrato entre el político y el ciudadano, un contrato que hay que cumplir". Para evitar una rendición de cuentas sólo cada cuatro años, como se hace en política actualmente, Sebastián asegura que expondrá y presupuestará los objetivos anualmente, para el conjunto de la ciudad y para todos los distritos.

"Propuesta revolucionaria"

"Es una propuesta revolucionaria porque nunca se ha hecho en España, se hace en Nueva Zelanda y en algún otro país del mundo, y me parece una auténtica revolución en la gestión política y en la gestión de una ciudad; si Gallardón tuviera que rendir cuentas de la M-30 estaría despedido ya".

El cálculo, según explicó, se hará exactamente igual que se hace en las empresas, "aunque habrá que negociarlo con los concejales y todos los grupos", advierte. En los presupuestos la remuneración tendrá una parte fija, "porque creo que, en todo caso, el trabajo hay que remunerarlo", dice, "y sobre todo un incentivo positivo o negativo en función de los objetivos cumplidos".

Según Sebastián, la idea es que, a medida que funcione este sistema, se verá si la parte variable correspondiente al sueldo de su hipotético equipo de gobierno es suficientemente importante o no. "Desde luego en las empresas privadas funciona perfectamente, sobre todo en las grandes y fundamentalmente en lo que se refiere a la parte directiva", añade.

El candidato socialista avisa de que el sistema deberá ser apoyado por todos los ediles de un hipotético equipo de gobierno: "Espero que lo aplaudan. De todos modos, si hay alguien a quien no le gusta este esquema, le invitaré educadamente a que no participe en mi gobierno". Pues ya saben: lentejas...