Amarga siesta
Después de nuestra jornada laboral, llegamos a nuestro "dulce hogar", pensando en esos relajantes minutos que nos esperan, delante del televisor, coincidiendo normalmente con la hora en la que se emiten las noticias. Y mientras nosotros intentamos relajarnos, nos informan sobre antiguos dirigentes políticos de la derecha de este país, mezclando el vino con la velocidad, ya que como todos sabemos, es el tocino el que no se puede mezclar con ésta; vemos a famosas tonadilleras que se han ganado el respeto de sus fans, con el sudor de su frente y algunos euros de más con el sudor de la de los demás; a su pareja ex-alcalde, ex-político, ahora en huelga de hambre, siguiendo los pasos, como en su momento hizo un reconocido ex-presidiario, buscando, al fin y al cabo, que si la delincuencia les une a la cárcel, tal vez el hambre les separe de ésta; vemos adolescentes que por enamorarse son lapidadas por sus propios familiares, noticias todas ellas que hacen que los veinte minutos de siesta que los médicos recomiendan, por ser buenos para nuestra salud, se conviertan en unos minutos de todo menos saludables para nuestra cabeza, nuestro corazón y, sobre todo, para nuestra sociedad.
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