"Es hora de cambios"
Rijkaard asume que se ha llegado al final de un ciclo y Laporta abronca a los jugadores barcelonistas
Los jugadores del Barça buscaron ayer orgullo donde no quedaba para levantar la cabeza y encarar lo que queda el día después de ser humillados por el Getafe, en el que el barcelonismo se flageló por lo acontecido al Sur de Madrid. Bajó el presidente, Joan Laporta, al vestuario para regañar a los jugadores por la imagen que dieron y fue muy contundente. "Nunca había sido tan duro con el equipo", reconocieron testigos de la charla. La plantilla agachó la cabeza consciente de que tenía razón cuando les dijo que en Getafe no habían sido dignos de la camiseta que defendían. "Pidió hablar con ellos porque está preocupado y les instó a que no bajen la guardia. Lanzó un mensaje de unidad", explicó el técnico, Frank Rijkaard, el día que asumió que, definitivamente, Johan Cruyff tiene razón y ha terminado un ciclo.
"Quería que me tragara la tierra. Tras el partido, rompí a llorar por la impotencia", dice Eto'o
"Estamos trabajando, pensando y planificando para construir otra vez un gran equipo, para que los socios estén contentos. Éste ha aguantado bastante: es hora de cambios. Esto no pasa sólo en el Barça, pasa siempre en los grandes clubes", convino el técnico en declaraciones realizadas al programa Força Esports, que dirige Santi Carreras en Catalunya Radio. "La política de fichajes será invariable. No decidimos por un mes o por una derrota", aseguró el director deportivo del club, Txiki Begiristain, tras reunirse con la junta directiva.
La plantilla supo ayer del enfado de los aficionados. Algunos seguidores les insultaron durante la sesión preparatoria y Eto'o, que dio un paso al frente y puso la cara por el colectivo, aceptó las críticas de la prensa -"hoy puede decir todo lo que quiera, está en su derecho", apostilló- y la reacción de la afición: "No esperaba menos. Están dolidos y con razón. Les hemos hecho sufrir".
Confesó Eto'o: "Sentí mucha vergüenza sobre el campo. Deseaba que me tragara la tierra. Terminado el partido, rompí a llorar por la impotencia". El delantero, que se encaró la madrugada del jueves con un taxista aficionado del Real Madrid que le reprochó algo mientras caminaba por Barajas -una situación tensa que se repitió al llegar a El Prat, esta vez con un seguidor del Barcelona- pasó la noche sin dormir, reconcomida su conciencia: "Se puede perder, pero nunca como en Getafe. No estuvimos a la altura de la camiseta", resumió con pesar.
Afectado hasta confesar que llegó a preguntarse por qué se dedica al fútbol, Eto'o pidió cerrar los ojos y abrirlos justo al inicio del partido ante el Betis consciente de que el equipo tiene ante si la oportunidad de salvar el curso ganando la Liga. "El día que Togo eliminó a Camerún y me quedé sin Mundial no tuve esa opción, pero el dolor fue el mismo", admitió. Recurrió a un refrán camerunés -"hasta un león muerto asusta"- para instar al equipo a seguir peleando. "Hay que buscar en la barriga y pelear por ganar las cinco finales que quedan", dijo Eto'o, que, en medio del funeral que supuso la sesión preparatoria, charló con Rijkaard.
También lo hizo Ronaldinho. El gaucho ya habló con Laporta y con el capitán, Puyol, durante el vuelo de regreso de Madrid, pero sigue mudo: no comparece en una rueda de prensa desde el 26 de enero. El técnico, que llegó al Camp Nou a las diez de la mañana, dos horas antes del inicio del entrenamiento, no canceló la entrevista que tenía concertada con antelación a la derrota en Getafe. Visiblemente dolido por la eliminación, Rijkaard convino que es difícil jugar peor de como lo hizo el Barça el jueves: "Con suerte, nos meten más. Pasará a la historia como uno de los partidos más feos de la historia", reconoció al tiempo que instó al equipo a buscar su orgullo. "A veces, las derrotas más grandes, con buena mentalidad, pueden suponer cosas grandes", declaró.
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