La convicción moral

Cuando oigo la expresión "tengo la convicción moral" escucho el eco de lo que dijo Rajoy cuando las evidencias del 11-M ya apuntaban a los islamistas y dijo en El Mundo: "Tengo la convicción moral de que ha sido ETA". Muchos tuvimos, en los primeros instantes de aquel día fatídico, "la convicción moral" de que podía haber sido ETA, por sus tradiciones criminales, pero el "quién ha sido" se fue apoderando de la conciencia colectiva, y no fue Rubalcaba el que lanzó la suposición de que el Gobierno de entonces mentía: el "quién ha sido" la gente lo gritó en la calle el 12 de marzo, y después pasó todo lo que pasó.

Por un tema mucho menor, por el asunto de Manuel Conthe y la CNMV, y los papeles que al parecer provinieron o no de la Oficina Económica del Gobierno, la pareja actualmente triunfal, la de Arias Cañete y Pujalte, ha aparecido en los telediarios con un papel en la mano, porque han ido al juzgado persuadidos de que alguien (Miguel Sebastián, según los indicios que reiteran) los filtró para perjudicar a otro. Y Arias Cañete pronunció el abracadabra: "Tenemos la convicción moral..." de que sus sospechas responden a la realidad.

Aquí decía Carlos Llamas (regresado a Hora 25) que este era un país ahora lleno de canutazos y de dimes y diretes declarativos; en ese ámbito, "las convicciones morales" se ofrecen como instrumentos jurídicos; si luego llega el juez (o la realidad) y dice "usted no tiene razón", el que denunció siempre puede decir: "Ah, era sólo una convicción moral".

En la entrega de los Ortega, Caballero Bonald recogió una frase del filósofo: "Siempre que enseñes, enseña también a dudar de lo que enseñas". No les vendría mal desarrollar esa frase a los que van por el mundo basando sus castillos en convicciones de arena.

Y que aprendan también de José Ángel de la Casa, un filósofo del micrófono, que abandona TVE. Le dijo a Buenafuente en Antena 3: "Soy de la generación en la que había que ser pudoroso". Pudor y duda, qué grandes alternativas al ruido del ambiente.