Egibar pide el voto en blanco en Lizartza para frenar al PP
El presidente del PNV en Guipúzcoa y alcalde de Lizartza, Joseba Egibar, anunció ayer en una rueda de prensa que propondrá el voto en blanco a los vecinos de esta localidad de apenas 600 habitantes que ha gobernado en estos cuatro años para evitar que el PP acceda a la alcaldía. En Lizartza sólo se presentaron tres listas, de las que la popular es la única que queda viva, a expensas de la decisión del Tribunal Constitucional, tras la anulación por el Supremo de las de ANV y la agrupación impulsada por ASB.
Egibar, quien ha renunciado esta vez a presentar una candidatura de "paracaidistas" (personas ajenas a Lizartza) como la que él encabezó en 2003, destacó que esa solución obligará a Batasuna a elegir si quiere al frente de ese pequeño pueblo de Tolosaldea a un primer edil del PP o la continuidad de un "alcalde lapurra" (ladrón), calificativo con el que la izquierda abertzale le ha machacado a él durante estos cuatro años.
Si el PP se mantiene como única candidatura en Lizartza, necesitará lograr más del 5% de los votos válidos para poder ocupar la alcaldía, según establece la ley Electoral.
Si la ilegalizada Batasuna mantuviese como en 2003 su idea de pedir el voto nulo, es muy probable que el PP, que hace cuatro años obtuvo 10 votos -el 7,09%- superase dicho porcentaje legal. La candidatura que encabezó Egibar logró entonces 131 papeletas.
"Paracaidistas"
Como no presenta lista propia, el PNV quiere forzar a Batasuna a que se decante entre el voto en blanco, lo que cerraría el paso al PP y supondría, al no poder constituirse la nueva corporación, el mantenimiento de la de Egibar -algo que este asumiría "con todas sus consecuencias"-, o el nulo, que dejaría a los populares a las puertas de la alcaldía.
Egibar recordó que hace cuatro años accedió a tomar posesión de la alcaldía "para frenar el acceso del PP", lo que consiguió y, según dijo, "ha funcionado razonablemente bien, a pesar de los pesares". Esta vez, sin embargo, su partido ha considerado que ya no es el momento de presentar "listas de paracaidistas", sino que sean los propios vecinos de estos pueblos los que asuman su responsabilidad en la gestión, para que el clima de convivencia no se complique, y evitar que se convierta en "crónica" una situación "irregular".
"He sido alcalde legalmente, pero no legítimamente", dijo el dirigente peneuvista, quien a lo largo de estos cuatro años de mandato ha soportado en numerosas ocasiones cómo la izquierda abertzale le insultaba llamándole "ladrón".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.