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Crónica:La otra mirada | Elecciones 27M
Crónica
Texto informativo con interpretación

El molusco bivalvo

Juan José Millás

Podríamos haber elegido para ilustrar este texto algunas de las impresionantes fotografías de las obras de la M-30, o de las ya famosas tuneladoras Dulcinea y Tizona, pero preferimos el paisaje humano. Ahí tienen por tanto todo lo que se espera de un panorama facial: ojos, cejas, nariz, boca, orejas. Incluso expresión. El problema es que la expresión resulta contradictoria, pues la parte de arriba no dice lo mismo que la parte de abajo. Si usted tapa la boca del alcalde de Madrid, comprobará que los ojos desmienten la sonrisa de la boca. Están como pasados por agua, como si un velo finísimo, una catarata de tul (perdonen la cursilería) enturbiara su mirada. Un estrabismo casi imperceptible (sin duda ocasional) sugiere un punto de desconcierto, si no de hastío. El alcalde ha llegado, por otra parte, a ese estadio en el que tiene que remodelar de vez en cuando el curso de las cejas plateadas para soterrar la edad. En cuanto a la sonrisa, poco hay que decir, pues salta a la vista que se trata de una sonrisa constipada, irresoluta, baja en proteínas, sin otro objeto que el de ocultar el desconsuelo de los ojos.

La fotografía está tomada en marzo de 2007, durante una de las visitas de Ruiz-Gallardón a las obras de remodelación de la avenida de Portugal, afectada por el soterramiento del tráfico en esa zona. Hablamos de la M-30, en fin. Dos años de actividad, miles de millones de euros invertidos, huestes de vecinos cabreados y serias dudas sobre un proyecto que no convence a urbanistas ni a ecologistas ni a arquitectos ni a ingenieros. Auguran las voces autorizadas que el invento atraerá más coches a la ciudad, lo que provocará más atascos. Que se trata de un presupuesto descomunal para una obra de rentabilidad social escasa. Que es insolidaria porque produce desigualdad en vez de desarrollo sostenible. Que el modelo de separación de flujos (no se pierdan la expresión, separación de flujos) resulta obsoleto. Que fomenta el gigantismo del que se huye desde hace tiempo en las grandes ciudades. Que olvida al peatón. Que se trata de un proyecto de ingeniería puro y duro, sin otro objeto que el de impresionar. Que no ha habido estudios previos. Que el proyecto está informado por una idea de eficacia mal entendida (todo para el pueblo, pero sin el pueblo). Que las prisas para acabar antes de las elecciones han disparado los índices de siniestralidad laboral hasta extremos de escándalo (cinco muertos y más de 700 heridos). Etcétera.

Quizá de todo eso está hecha la mirada de Gallardón y su sonrisa restringida. No hay duda de que pasará a la historia por esta obra, lo que no sabemos es a qué clase de historia. Entre tanto, las encuestas le aseguran una mayoría holgada que contrasta con los comentarios de la gente. Los votantes somos así: fulminamos con la mirada y sonreímos con la boca, o viceversa: fulminamos con la boca y sonreímos con la mirada.

Inaugurados que fueron los túneles, sus usuarios se perdían como por el interior de un laberinto mental, de modo que el Ayuntamiento hubo de sacar unas instrucciones de uso. En cuanto a Dulcinea, la tuneladora estrella, que, cómo no, es la más grande del mundo, está inspirada en un molusco bivalvo que devora la madera al tiempo de segregar una baba que sostiene las paredes del túnel que fabrica. Tal es el costado biológico de la pirámide personal de Gallardón.

Alberto Ruiz-Gallardón visita en marzo pasado las obras de remodelación de la avenida de Portugal.
Alberto Ruiz-Gallardón visita en marzo pasado las obras de remodelación de la avenida de Portugal.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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