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Reportaje:

Cerco al Himalaya

Otxoa de Olza alcanza la cima del Dhaulagiri en 24 horas, mientras Pasaban aguarda al buen tiempo en el Annapurna

El montañero navarro Iñaki Otxoa de Olza da un paso más hacia los 14 ochomiles. El pasado jueves, lograba hacer cima en el Dhaulagiri (8.172 metros), la duodécima que logra entre las mayores cumbres del planeta. Y lo hacía en una rápida ascensión de 24 horas desde el campo base, situado a 4.650 metros. Otxoa de Olza ya lo había avisado. Este año se encontraba en plena forma y con ganas de conseguir el impulso necesario para terminar su carrera hacia los picos de la Tierra.

Ahora descansa en el campo base con la mirada puesta en las heladas paredes del Annapurna, también en el Himalaya. Hacia esa montaña viajará dentro de dos semanas y allí se encontrará con las huellas de la expedición que encabeza Edurne Pasaban en compañía del también tolosarra Asier Izagirre y el ochomilista ecuatoriano Eduardo Vallejo.

El montañero navarro y su compañero salvaron la parte final de la travesía en un tiempo récord
Edurne Pasaban espera que el Annapurna se convierta en el noveno 'ochomil' de su carrera

Mientras tanto, el Himalaya sigue cercado por más expediciones vascas, como las que realizan los navarros Óscar Fernández e Ignacio Barrio en el Dhaulagiri, que también intenta escalar Ricardo Valencia. A la vez, Patxi Goñi y Julen Reketa recorren el Khumbu para aclimatarse y atacar pronto la cima del Kagchenjunga (8.586 metros).

Con la ascensión del jueves Otxoa de Olza cumple tan sólo la mitad de la temporada que tiene programada. A su llegada al campo base aprovechará la aclimatación conseguida en el Dhaulagiri para intentar una ascensión alpina al Annapurna (8.091 metros) . "Allí no utilizaré ni los campos de altura, ni cuerdas fijas, ni porteadores. Estaremos la montaña y yo, como hasta ahora lo he hecho", aseguraba antes de partir el pasado mes de abril al Himalaya. "Será una expedición rápida. Aprovecharé todas mis fuerzas para ascenderla en el menor tiempo posible", adelantaba.

Por ahora ha demostrado estar a la altura del reto. 18 días le han bastado para equipar todos los campos de altura del Dhaulagiri junto a su compañero habitual, el asturiano Jorge Egocheaga. En este proyecto también le han seguido el rumano Horia Colibasanu y el estadounidense Joby Ogwyn.

Otxoa de Olza alcanzó la cima a las 11.15 (hora española) tras un ascenso de 24 horas desde el campo base. El alpinista relató desde la cumbre que el frío era muy intenso y que Egocheaga se encontraba a media hora de la cima. Ambos salvaron la parte final realizando la peligrosa travesía del plató que hay por debajo de la antecima y la cima en un tiempo récord, el mismo que buscará conseguir en el Annapurna.

Desde esta misma montaña Edurne Pasaban espera ya al buen tiempo para escalar su noveno ochomil. El pasado 4 de abril voló hacia él y ya han equipado el campo uno y dos a falta de avanzar del dos al tres. "Este tramo es el más peligroso por el elevado número de avalanchas que sufre", señala desde la montaña blanca. "En el campo uno se ve todo el glaciar y es una maravilla. La ruta impresiona muchísimo llena de glaciares y sheracks. Suerte que hemos encontrado el plató del glaciar en unas condiciones buenísimas", continúa ilusionada con su nueva etapa como ochomilista.

Eso sí, la ilusión no le ha hecho inmune a las temperaturas y desde el campo base recupera fuerzas tras caer enferma de gripe. "Me desmoralizo mucho, aunque todos los compañeros de expedición intentan animarme: los sherpas me hicieron un jardín de flores dentro de un bidón cortado por la mitad y el cocinero me ha preparado unos vahos con bálsamo de tigre: ¡Qué más puedo pedir!", bromea dispuesta conseguir la cima cuanto antes.

La cometa a 4.100 metros

Los días de espera en el campo base de la expedición de Edurne Pasaban al Annapurna no conocen el aburrimiento. Basta visitar la web de la montañera tolosarra (www.edurnepasaban.net) para comprobarlo. En textos, fotos y vídeos relata el día a día de la expedición. "Unos juegan a golf; yo vuelo mi cometa, una de mis pasiones junto al parapente", dice Asier Izagirre, quien acompaña a Pasaban en el proyecto y con quien lleva escalando desde los 14 años.

"Me he traído este capricho para hacer más llevadero los días de espera al buen tiempo", asegura Izagirre mientras vuela su pequeña cometa a los 4.100 metros del campo base. "Va a ser mi primer ochomil y lo espero con ganas".

Mientras, Pasaban abre su tienda de campaña. Un amplio espacio en el que repasa las rutas, lee y escribe sus notas. "El tiempo está un poco revuelto estos días. Aunque por las mañanas hace bueno, cambia a mediodía y nieva toda la tarde. Caen unos 20 centímetros de nieve y eso complica la montaña. Por las noches deja de nevar", explica en su web. "Toda la montaña se ha convertido en un blanco merengue. Será mejor esperar a que la nieve se asiente desde mi nueva casita", dice.

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