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Los transportes del futuro

Montmeló ganará un paseo de 1,2 kilómetros tras soterrar las vías

En el suelo liberado se construirán zonas de ocio y 800 viviendas, la mitad protegidas

Montmeló se prepara para dejar de oír el paso de unos 250 trenes diarios que cruzan la población por su eje central, a escasos metros de las casas. Tras un largo pulso, la ciudad ha conseguido el soterramiento de las vías que ocupan un largo tramo de 1,2 kilómetros. Ayer, el alcalde de la ciudad, Manuel Ramal, y el director del Instituto Catalán del Suelo (Incasol), Miquel Bonilla, formaron el consorcio que permitirá ordenar el tramo urbano, una vez las vías queden bajo tierra.

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Montmeló es una ciudad partida en dos por las vías del tren. Vías por las que circula de todo: desde mercancías hasta cercanías, de trenes de largo recorrido a los de media distancia. Y pasan por el centro de una población crecida, en parte, en torno a la estación. Como no podía ser de otra forma, la línea de alta velocidad entre Barcelona y Francia pasará también por Montmeló, aprovechando el amplio espacio ocupado por las vías.

La noticia del paso del AVE, sin soterrar las vías, puso a la población en pie de guerra y, finalmente, el actual Gobierno accedió a modificar el proyecto y aceptar en buena medida las propuestas elaboradas por el Ayuntamiento, con cierto apoyo del Ejecutivo catalán. El resultado es que el municipio ganará una larga franja de terreno que será ordenada por el consorcio constituido ayer entre el Ayuntamiento y el Incasol.

800 viviendas

En el suelo que se logre con el soterramiento de las vías están previstos edificios de diversos usos, desde un hotel hasta zonas de servicios, espacios comerciales y unas 800 viviendas, de las que al menos la mitad tendrán algún tipo de protección. La idea de ambas instituciones es lograr que el nuevo espacio, que articulará las dos zonas de la población que hasta ahora quedaban divididas por la vía del tren, apenas salvada por un puente angosto sobre las vías, experimente un crecimiento urbano cohesionado que no altere radicalmente el equilibrio de la población.

Montmeló es una población que ocupa una extensión de terreno no excesivamente grande, pese a lo cual soporta diversas afectaciones: el paso de la autopista AP-7 y dos vías de tren: la de Puigcerdà y la que se dirige a Francia por Girona. Todo ello en apenas cuatro kilómetros cuadrados.

El paso de los trenes tiene dos efectos: la separación radical de la localidad en dos zonas de difícil comunicación y el sufrimiento que comporta el paso de un elevadísimo número de convoyes, tanto de día (fundamentalmente los de pasajeros) como de noche, cuando las vías son utilizadas por los trenes de mercancías.

Cuando la población supo que el proyecto inicial no incluía la cobertura de vías se produjo un movimiento que recogió unas 5.000 firmas para apoyar las alegaciones. La población apenas llega a 10.000 habitantes.

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