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Los islamistas turcos retiran su candidato a la presidencia

Gül fracasa de nuevo en el intento de recibir el respaldo de los dos tercios del Parlamento

Juan Carlos Sanz

Los islamistas turcos han encajado su primera gran derrota desde su llegada al poder, hace cinco años, al retirar a su candidato a la presidencia de la República, el ministro de Exteriores, Abdulá Gül. El Parlamento repitió ayer la votación presidencial anulada por el Tribunal Constitucional, pero el boicoteo de la oposición laica impidió de nuevo reunir el quórum de los dos tercios de diputados. La Cámara ha convocado elecciones legislativas para el 22 de julio.

"Después de lo ocurrido, mi candidatura está fuera de lugar. Pero no siento ningún resentimiento", aseguró Gül tras la sesión en la que se presentaba como único aspirante. La dirección del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), islamista moderado, se reunió poco después para formalizar la retirada de su candidato. El presidente de la Cámara, Bülent Arinç, también del AKP, acababa de solicitar dos recuentos sucesivos de asistentes para verificar el quórum, pero en ambos casos quedó por debajo (ocho y nueve diputados, respectivamente) de los dos tercios del Legislativo (367 de los 550 escaños).

El Tribunal Constitucional turco anuló el pasado día 1 la votación celebrada el 27 de abril, al estimar un recurso de la oposición laica por falta de quórum. La decisión del alto tribunal se produjo en medio de la crisis política desencadenada por la amenaza del Ejército, en un comunicado difundido en Internet pocas horas después de la primera votación, de intervenir en defensa del Estado laico. Las Fuerzas Armadas turcas han depuesto a cuatro Gobiernos desde 1960; el último, el del islamista Necmettin Erbakan en 1997. Cientos de miles de laicos se han manifestado en varias ciudades turcas contra la concentración de poder en manos del AKP, al que acusan de querer reislamizar el país.

Reformas constitucionales

Gül -que junto al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha dirigido un amplio programa de reformas políticas y económicas y ha abierto las negociaciones para la adhesión de Turquía a la UE- no descarta volver a ser candidato a la presidencia. Pero tendrá que esperar a la celebración de las elecciones legislativas del 22 de julio, tres meses antes de que expire la actual legislatura. Mientras tanto, el actual presidente, el laico Ahmet Sedet Sezer, seguirá en funciones.

El AKP ha presentado un conjunto de reformas constitucionales, entre las que destaca la elección del presidente por sufragio universal, en lugar del actual sistema de designación parlamentaria. El partido confía en poder aprobar en el Parlamento cambios en la Constitución antes de las legislativas, e incluso someterlas a referéndum, para simultanear el 22 de julio la votación de legislativas y presidenciales. Destacados constitucionalistas turcos, sin embargo, ya han advertido de la dificultad de materializar en tan breve plazo una reforma compleja, que incluye recortar el mandato presidencial, de siete a cinco años, y la legislatura parlamentaria, de cinco a cuatro.

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Los partidos políticos laicos han comenzado, entretanto, a maniobrar ante las elecciones legislativas anticipadas para impedir otra mayoría absoluta del AKP. El sistema electoral turco exige superar el umbral del 10% de los sufragios nacionales para entrar en el Parlamento. Este alto listón, concebido para cerrar el paso a los nacionalistas kurdos, favoreció en 2002 al AKP, que con un 34% de los votos obtuvo 352 escaños. En la izquierda laica, el Partido Republicano del Pueblo espera cerrar una alianza con el Partido de la Izquierda Democrática. En la derecha, los históricos Partido de la Madre Patria y Partido de la Recta Vía acaban de fusionarse bajo el nombre de Partido Democrático.

La oposición deja sus escaños vacíos en la votación presidencial que se celebró ayer en el Parlamento turco.
La oposición deja sus escaños vacíos en la votación presidencial que se celebró ayer en el Parlamento turco.REUTERS

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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