La corrupción y los intentos electorales de Batasuna agitan el enfrentamiento
Terrorismo y corrupción. La campaña electoral más próxima a los votantes de cuantas se celebran en España, la que decidirá alcaldes, concejales, presidentes autonómicos y diputados regionales y provinciales, no habló ayer, ni lo hizo anteayer ni lo hará mañana, de los temas más cercanos, sino de los más terribles. El trayecto político hacia el 27-M se está llenando de nubes que amenazan crispación.
Zapatero y Rajoy apenas tocaron los problemas locales en Talavera y Ceuta
La estrategia de la izquierda 'abertzale', que ha reunido el triple de fuerzas que en los últimos años, divide de nuevo al PP y al PSOE
La campaña más próxima a los votantes, la que decidirá alcaldes y presidentes autonómicos, no habla de los temas cercanos, sino de crispación
Los electores, sobre todo los del País Vasco y Navarra, miran de reojo la sombra de ETA proyectada sobre las urnas. La izquierda abertzale que alienta a Batasuna -formación ilegal vinculada a ETA y favorable al ejercicio del terrorismo- se ha movilizado de tal manera en el último mes que ha conseguido presentar tantas candidaturas (1.162) como el resto de partidos democráticos juntos en esas dos comunidades. Para esa movilización han hecho numerosas declaraciones, pero en ninguna de ellas han condenado a ETA o repudiado la violencia terrorista.
Por eso, el trabajo de los magistrados en las jornadas previas al comienzo de la campaña electoral está siendo en esta ocasión más intenso de lo habitual. La Sala Especial del Tribunal Supremo, encargada de aplicar la Ley de Partidos, ha tenido que analizar cientos de alegaciones de las más de 350 candidaturas que el Gobierno y la Fiscalía han impugnado por sospechar que se trataba de tapaderas de Batasuna. Y, en aplicación de la Ley de Partidos, el Supremo ha bloqueado aquellas listas que pretendían suceder la actividad de la formación ilegalizada por sus vínculos con ETA. Desde que se aprobara la Ley de Partidos Políticos, Batasuna ha intentado colarse en todas las elecciones (salvo en las generales) con distintas marcas y símbolos, pero hasta ahora no lo ha conseguido salvo en dos docenas de casos de pequeños municipios vascos y navarros insuficientemente acreditados.
Ahora han vuelto a intentarlo con el triple de fuerzas que en los últimos años, y en ese empeño han logrado dividir, otra vez, a los dos grandes partidos que hasta hace sólo tres años unían sus fuerzas contra el terrorismo: PP y PSOE.
Mariano Rajoy, líder del PP, lleva días atizando al Gobierno por no impugnar todas las listas sospechosas (sólo se han recurrido 133 de las 256 candidaturas de Acción Nacionalista Vasca). Ayer volvió Rajoy a la carga: "Es ridículo que un partido sea legal en un sitio e ilegal en otro". Los socialistas, desde el presidente José Luis Rodríguez-Zapatero a José Blanco y Diego López Garrido, pidieron respeto a las decisiones judiciales y prefirieron no entrar en detalles sobre el porcentaje de candidaturas recurridas y el número de listas absueltas.
Zapatero, y con él los demás teloneros de mitin, repitieron con énfasis lo del respeto a los jueces, quizás intentando aprovechar la acusación sin pruebas del PP respecto a la intencionalidad política que se escondía tras la detención de la cantante Isabel Pantoja. Los dirigentes del PP, algunos con acreditados conocimientos de Derecho, dijeron -no explicaron si realmente lo pensaban- que detrás de esa decisión judicial se veía la mano del Gobierno para extender una cortina de humo sobre lo verdaderamente relevante y polémico: la no impugnación de la mitad de las listas de Acción Nacionalista Vasca.
Zapatero habló ayer de corrupción, defendió a los jueces, fiscales y policías que la persiguen, como en Marbella, y se puso chistoso para sugerir que él mismo había indicado al ex presidente José María Aznar que se burlara un día antes de las campañas de tráfico contra el consumo de alcohol para que sirviera de cortina de humo con la que evitar que se hablase de cosas más importantes.
En esas escaramuzas de refriega mayor se movió el sábado de precampaña, a tan sólo cinco días de que arranquen dos semanas de promesas e improperios que conducen al 27 de mayo. Y aunque casi todo está claro -los que compiten, lo que prometen, lo que han hecho hasta ahora...-, aún se mantiene una incertidumbre en País Vasco y Navarra respecto a más de 350 candidaturas de la izquierda independentista vinculada a la ilegal Batasuna.
Hasta el próximo jueves, cuando el Tribunal Constitucional tenga que pronunciarse si hay recursos de las candidaturas anuladas por el Supremo, la incógnita seguirá.
De lo cercano, muy poca cosa. En Talavera de la Reina, el presidente del Gobierno prometió soterrar la línea del AVE y una nueva circunvalación. En Ceuta, Rajoy prometió ocuparse de los problemas de esa ciudad autónoma cuando llegue a la presidencia del Gobierno. Y en otro mundo, Gaspar Llamazares (IU) decidió convertirse en un personaje virtual dentro de Second Life, ese universo paralelo que Internet pone al servicio de todos. Desde ese otro mundo, el dirigente de IU se ofrece a los internautas con el reclamo "tengo una respuesta para ti". Dicen en Second Life que busca votos.
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