Fomento 'inaugura' la estación de metro de la T-4 un día antes que el Gobierno regional

Las anécdotas delatan a los políticos. Lo que aparentemente iba a ser un simple acto de inauguración más, en esa carrera contrarreloj preelectoral, dio ayer otra vuelta de tuerca: la pelea por ver quién inauguraría primero la estación de tren y metro de la T-4 de Barajas. El Día de la Comunidad de Madrid, con recepción incluida, tuvo su bronca.

Años atrás, los gobiernos central y regional pelearon para ver quién pagaba el metro a la nueva terminal del aeropuerto. Ahora, en un segundo asalto, disputan por la inauguración: de hecho, se inaugura en dos actos. El primero, ayer. El segundo, hoy.

Fue la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, la que se adelantó en la carrera. Ayer, cogió un tren en Málaga (su ciudad natal) y llegó por la tarde a Madrid, justo un día antes de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, inaugure ese tramo de metro. Álvarez fue al aeropuerto "para hacer una visita" a la nueva estación, a la parte que ha financiado su ministerio.

Aunque, más que una visita, lo que hizo fue asomarse a ese desangelado lugar, una estación desnuda: grandes estructuras vistas de hormigón al aire libre, túneles ciegos por los que algún día llegará el tren de cercanías desde la estación de Chamartín en una fecha aún por fijar (los trabajos aún no han comenzado).

Lo cierto es que la parte de la estación que visitó la ministra (la zona ferroviaria) contrastaba con la parte contigua, a la que llegará hoy el metro de Aguirre. Ésta estaba perfectamente vestida para la ocasión: con sus carteles, sus luces, sus andenes pulidos y hasta con sus equipos técnicos. Lista para ser inaugurada hoy mismo.

Pero tanto traje para nada. Aguirre, tras la polémica con el ministerio, optó porque hoy inaugurará su tramo de metro haciendo el recorrido a la inversa de lo que tenía previsto. Finalmente, saldrá de la estación de Barajas (pueblo) que, frente a la T-4, no ha sido construida por Fomento.

La decisión la tomó después de que Fomento emplazara a la Consejería de Transportes a retirar el equipo técnico y el escenario colocado en el vestíbulo de la estación para el acto de hoy. La ministra dijo que Esperanza Aguirre "había tomado la estación porque no había pedido ningún permiso". La consejera de Transportes, Elvira Rodríguez, aseguró ayer que sí lo habían hecho, pero que el miércoles por la tarde recibieron la orden de retirar el equipo, por razones de seguridad. Al final, la consejería optó por lo más fácil: no pisarán hoy la parte de la estación que pagó Fomento y se limitarán a inaugurar lo que han costeado: andenes y raíles.

Álvarez no se asomó sola a la nueva "estación bimodal", sino acompañada de los dos candidatos socialistas a la alcaldía y la presidencia de Madrid: Miguel Sebastián y Rafael Simancas. "Esto es como si alguien hace un bautizo en mi casa y no me invita", justificó Álvarez.

Según dijo, pese a que "la estación es una obra de 26 millones de euros realizada y financiada por el ministerio y que costó el doble a causa de los retrasos provocados por la Comunidad", ni ella, ni ninguno de los dos candidatos socialistas, han sido invitados al acto de hoy de Aguirre. "Yo ya estoy acostumbrado", dijo Sebastián, que tampoco había sido invitado inicialmente a la recepción de ayer de Aguirre.

"Es como si la Generalitat de Cataluña fuera a inaugurar algo el 12 de septiembre [el 11 es la fiesta oficial de esa comunidad] y se adelantara un ministro del PP, con Alberto Fernández y [Josep] Piqué [dirigentes populares catalanes] para visitar las obras de la Generalitat", replicó Aguirre.

El Gobierno regional admitió que no habían invitado a la ministra. "Nunca nadie nos ha invitado del ministerio a inaugurar las obras en Madrid en las que también participamos", apostilló el vicepresidente regional, Ignacio González.