A Renfe le faltan sillas de ruedas

Siendo discapacitado en grado de gran invalidez, requiero la ayuda o asistencia de terceras personas para (entre otras cosas) desplazarme. Es por lo cual solicito con previo aviso la provisión de una silla de ruedas en mis trayectos tanto por tren o avión. A tal efecto el día 22 de abril de 2007, teniendo dispuesto viaje en AVE origen Puerta de Atocha (Madrid) a Camp de Tarragona, fui trasladado en vehículo particular hasta la puerta central de la Estación de Atocha, en donde mi acompañante se dirigió al mostrador de Atención al Cliente de Renfe para serme trasladado desde el vehículo automóvil hasta el vagón correspondiente del AVE.

Transcurrieron 45 angustiantes minutos, hasta que apareció un empleado de Renfe con la silla de ruedas, justo a tiempo para subir al tren, dado que partió de inmediato. La razón del retraso y consiguiente estrés que supuso para mí, con grave deterioro de mi autoestima como ciudadano en esa interminable y angustiosa espera, fue debido a que Renfe sólo dispone de dos sillas de ruedas en Atocha y éstas estaban ocupadas por otros pasajeros en similares condiciones físicas a las mías. Por lo que denuncio, en defensa de la consideración que una persona discapacitada se merece, que Renfe no disponga de un parque de sillas de ruedas lo suficientemente holgado para poder cumplir con las posibles demandas de éstas en situaciones de "días punta".