La batalla de Malasaña
Enfrentamientos entre jóvenes y policía se saldan con 22 heridos y 7 detenidos en la madrugada de ayer
Todo comenzó pasadas las dos de la mañana. Cerca de 200 jóvenes hacían botellón en la plaza del Dos de Mayo, en Malasaña. Hasta ese momento, unos seis agentes de la Policía Municipal habían permanecido allí dentro del habitual dispositivo antibotellón. La convivencia entre unos y otros no es nunca fácil. Los jóvenes quieren beber. Los agentes deben impedirlo. Pero en la madrugada de ayer, la tensión estalló.
En una confusa sucesión de hechos, jóvenes y policías se enfrascaron en una discusión. Los agentes pidieron ayuda por radio y llegaron seis patrullas de refuerzo. Las palabras fueron subiendo de tono, empezaron los golpes y volaron botellas y piedras. A las dos y media, ya con la presencia de policías nacionales, comenzaron las cargas y las carreras, y el caos se apoderó del distrito de Centro.
Las calles de Daoíz, Velarde, Palma, San Andrés, San Vicente Ferrer y Divino Pastor se llenaron de gente -unos 600, según fuentes policiales- que huía de los agentes.
"Iba con unos amigos hacia la plaza cuando vimos que venía gente corriendo y la policía detrás. No sabíamos lo que pasaba, pero a mí me golpearon de todas formas", cuenta María. Como ella, muchas de las personas que caminaban por las calles aledañas a la plaza se encontraron con las cargas policiales. "Salíamos de un bar y de repente vimos a 40 policías corriendo hacia nosotros. Empezamos a correr, porque en el bar no nos dejaron entrar de nuevo", explica Héctor. "Vimos cómo golpeaban a un chico que acababa de bajarse de un coche", comenta.
La policía, según varios testigos, cargó contra todas las personas que se cruzaban en el camino, y en especial contra aquellos que hacían fotos con los teléfonos móviles. "Me sonó el móvil y, cuando contesté, un policía me lo tiró al suelo. Después llegaron otros dos y empezaron a darme con las porras en la espalda", cuenta Eva, que asegura haber visto cómo a un chico que estaba apoyado en una pared, de espaldas a la policía, "recibía un golpe en la cabeza que le hizo caer desplomado".
El Samur montó un hospital de campaña en la glorieta de Bilbao para atender a las víctimas. Al final de los disturbios, había atendido a 22 personas, entre los que había ocho policías. En su mayoría sufrían golpes y contusiones. Tres heridos fueron trasladados a hospitales para que les cosieran las heridas. La peor parte se la llevó una policía nacional que requirió siete puntos de sutura.
Los bomberos apagaron incendios de contenedores en la plaza del Dos de Mayo y en la calle de la Palma, y basura ardiendo en las calles de Velarde y San Vicente Ferrer, según Emergencias Madrid. Además, retiraron tablones y vallas en la Corredera Alta de San Pablo. Los manifestantes quemaron 23 papeleras, 15 contenedores de basura de recogida domiciliaria y otros cuatro de escombros. Ocho vehículos policiales resultaron dañados. También hubo destrozos en vehículos aparcados en las inmediaciones y en el mobiliario urbano.
Los agentes detuvieron a siete jóvenes acusados de daños y atentados contra agentes de la autoridad, entre otros delitos. Uno de ellos era menor de edad y fue trasladado al Grupo de Menores (Grume).
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