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La casa de los disparates

Juana Viúdez

Las anécdotas de los vocales de la gestora sobre la situación en la que encontraron el Ayuntamiento de Marbella cuando se hicieron cargo de su administración dan para escribir un libro por cabeza.

Ninguno de ellos escatima en adjetivos al describir lo que han encontrado en este año, aunque las palabras que más se repiten son "caos", "disparate" y "barbaridad". En sus primeros días de trabajo, la vocal de Personal comprobó cómo los vecinos de la ciudad hacían cola frente a su despacho para pedirle trabajo para familiares que tenían en paro. "Aquí se hace así. Si no nos ayudamos entre nosotros...", decían.

Las primeras bolsas de trabajo quedaron desiertas porque la gente "no se lo creía", mantienen fuentes municipales. En este tiempo han aparecido contrataciones anotadas en una servilleta como único registro, aunque, según las reconstrucciones del modo de trabajo habitual, la mayoría de los trabajos se concedían "de palabra".

En Hacienda han descubierto que el Ayuntamiento pagaba alquileres a terceros por naves que en realidad eran de su propiedad y que algunas facturas que supuestamente adeudaban correspondían a trabajos nunca realizados.

Algunos de los promotores detenidos en el caso Malaya se han paseado por la concejalía de Urbanismo para interesarse por sus licencias en revisión. Por ejemplo, Tomás Olivo, propietario de un macrocentro comercial, defendió su derecho a ampliar sus dominios con la transformación de unas naves comerciales alegando que podía hacerlo "porque no tenía ninguna sentencia en su contra".

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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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