" Hemos multiplicado por cuatro las ventas en sólo siete años"
La aseguradora quiere aumentar su control en Crédito y Caución y en la holandesa Atradius
"Desde 1999, fruto de nuestro crecimiento interno y de la incorporación de otras compañías aseguradoras, hemos multiplicado casi por cuatro la facturación y las principales magnitudes de la cuenta de resultados", afirma Francisco Arregui, director general del Grupo Catalana Occidente. Abogado del Estado y experto en derecho mercantil, Arregui reitera también la disposición de su grupo a ampliar su participación en Crédito y Caución.
Pregunta. Acaba de reunirse con los analistas en la Bolsa, ¿qué les ha contado?
Respuesta. Hemos hablado de nuestros resultados del pasado ejercicio, que han sido excelentes, y de las expectativas para 2007. Hemos tenido en 2006 un resultado atribuido a la sociedad dominante de 191 millones, lo que representa más de un 39% de incremento respecto a los resultados del año anterior, que ya fueron muy buenos. Además, la bondad de los resultados, tanto en 2005 como en 2006, no se ha sustentado en extraordinarios sino en el desarrollo del negocio ordinario.
"Un euro de inversión en el mercado español del seguro nos es mucho más rentable que si lo invertimos en mercados europeos de nuestro entorno"
"En automóvil hemos facturado en 2006 casi igual que en 2005, pero hemos tenido que vender más para absorber los ajustes a la baja de las tarifas"
P. ¿No hay una cierta desaceleración en el ramo de vida?
R. En nuestro caso, no. Estamos muy satisfechos de cómo nos va en el ramo de vida, y no sólo por su contribución a los resultados del grupo, sino también por la gran dosis de estabilidad que nos aporta. Nuestras perspectivas para 2007 siguen siendo buenas.
P. ¿Y para sus competidores?
R. Es cierto que desde hace meses se han levantado algunas voces pesimistas, dentro y fuera del sector, sobre la evolución de estos seguros en 2007 por la entrada en vigor de la reforma del IRPF. La reforma, como sabe, ha unificado el tratamiento fiscal de todo el ahorro, de todos los productos, en un solo tipo del 18%. Pero debo aclarar que nosotros no compartimos esa visión pesimista. Y no la compartimos por dos razones: no creemos que la nueva normativa sea discriminatoria para el seguro, y nuestra red, además, está acostumbrada a vender el seguro de vida basándose en las ventajas que supone el ahorro sistemático, periódico y a largo plazo para nuestros clientes, más que en intentar colocarlo por meras y exclusivas motivaciones de ahorro fiscal.
P. ¿Cómo se distribuye la facturación de Catalana de Occidente?
R. De forma muy equilibrada. Un 24,5% de nuestra facturación procede del ramo de vida, algo más del 21,5% del ramo del automóvil y el resto se reparte entre seguros diversos y multirriesgos.
P. Algunos expertos del sector atribuyen a la difícil situación del ramo del automóvil y a la política de tirar precios la tensión y los enfrentamientos que se han producido entre algunas compañías.
R. Siempre ha habido una gran competencia en el automóvil. Es un segmento muy importante dentro de la facturación de las compañías, y no es nuevo el que para ganar cuota algunas jueguen a reducir precios. En momentos de bonanza algunas se animan a bajar sus pólizas para ganar cuota y acaban desencadenando una carrera general de precios a la baja que acaba por deteriorar las cuentas del sector. Se deterioran hasta que se llega a un punto de inflexión, y a partir de ahí se emprende el camino de retorno y mejoran los precios y los resultados. En cualquier caso soy optimista. No creo que se repita un ciclo tan malo como el que tuvimos al final de los noventa. Hoy tenemos instrumentos de gestión mejores, más potentes y eficaces que nos permiten elaborar tarifas más ajustadas al perfil de riesgo, conocer las cosas que pasan y responder a ellas con mayor rapidez.
P. ¿Cómo les va en este ramo?
R. 2006 ha sido un buen ejercicio para nosotros en el automóvil. Hemos tenido una facturación casi idéntica a la que tuvimos en 2005, aunque para ello hemos tenido que vender más. Hemos absorbido así el efecto sobre la facturación del ajuste tarifario que hemos tenido que ir haciendo en 2005 y en 2006 para hacer más competitivos nuestros productos, obligados tanto por la reducción de precios de otras compañías como por nuestro deseo de beneficiar al cliente haciéndole partícipe de parte de los excelentes resultados que tenemos en este ramo.
P. Hace 10 años, a través de una OPV, Catalana Occidente colocó alrededor del 25% de su capital social en Bolsa.
R. Es cierto, aunque en Bolsa estábamos desde mucho antes.Ahora tenemos un capital flotante que ronda el 35%, y el precio de nuestras acciones se ha multiplicado casi por ocho en los últimos cuatro o cinco años.
P. ¿No ha habido un cierto cambio de estrategia con la entrada en la holandesa Atradius?
R. Puede sorprender que el Grupo Catalana Occidente tenga aventuras internacionales porque siempre hemos dicho que nuestro mercado es el español. Seguimos centrados en él porque tiene aún un mayor potencial de crecimiento que otros mercados del entorno, lo que junto con la flexibilidad y la existencia de un mismo idioma y de una sola legislación hace que un euro de inversión en España sea para nosotros más rentable que en otros mercados.
P. ¿Y entonces?
R. El proyecto Atradius obedece a una necesidad estratégica de una de las compañías del grupo, Crédito y Caución, que tiene una posición de privilegio en el mercado doméstico, pero que a consecuencia de la cada vez mayor globalización e internacionalización de la economía y de las empresas españolas necesitaba poner un pie en el exterior. Necesitaba disponer de sistemas de información de las empresas extranjeras y de sistemas de recobros que ya no podía cubrir a través de acuerdos puntuales con compañías extranjeras. Se hacía muy necesario un vínculo más estrecho, a ser posible accionarial, con uno de los grandes del sector. Y surgió la oportunidad, en 2003, de participar en el capital de Atradius, que es la segunda compañía mundial en seguro de crédito. A partir de ese momento, Crédito y Caución y Catalana Occidente han ido incrementando su participación en la holandesa, hoy controlan el 49,99% de su capital, con el objetivo de crear y liderar un gran grupo mundial.
P. ¿Cómo van a lograrlo?
R. En septiembre iniciamos conversaciones formales con nuestros socios extranjeros para negociar la fusión de Atradius con Crédito y Caución. Y más recientemente, el 2 de abril, dimos a conocer a los mercados que habíamos llegado a un acuerdo de fusión e integración cuya ejecución, sin embargo, está pendiente de la obtención de las autorizaciones pertinentes de los reguladores de seguros y de las autoridades de la competencia. El holding que controla hoy Crédito y Caución, y en la misma proporción en la que se reparte su capital, dispondrá del 64,2% de la sociedad fusionada. El Grupo Catalana Occidente tiene un 43,2% del capital del holding.
P. En algunos medios se ha publicado que el Estado quiere hacer caja y salir de Crédito y Caución. ¿Qué opinan?
R. Se ha dicho, en efecto, que el Consorcio de Compensación de Seguros, que hoy es el segundo accionista de Crédito y Caución con un 41,18% de su capital, está estudiando la posibilidad de vender o reducir su participación en el holding del grupo Crédito y Caución. Bueno, es algo en todo caso que no está en manos de Catalana Occidente. Nosotros estamos absolutamente tranquilos porque en los estatutos de la sociedad existe el derecho preferente de adquisición de acciones y en su momento estudiaremos si lo ejercemos. Siempre hemos declarado que nos gustaría aumentar nuestra participación en Crédito y Caución. Ya se verá.
"El seguro privado de dependencia va a depender de los incentivos fiscales"
P. ¿Cómo ve el seguro de dependencia?
R. La dependencia tiene gran importancia, y más va a tener, sin duda, en el futuro tanto desde el punto de vista social como desde el punto de vista económico, sobre todo por motivos demográficos, por el envejecimiento de la población. En torno a la dependencia han surgido ya importantes empresas de prestación de servicios, en el ámbito de la teleasistencia, de la asistencia domiciliaria y de las residencias para dependientes y para tercera edad. Ahora bien, creo que es prematuro aún hablar del posible desarrollo del seguro privado en el ámbito de la dependencia. Para que se pueda precisar algo más sobre su probable desarrollo es imprescindible que se precisen dos cuestiones. La primera, la intervención pública en la atención a la dependencia, y con medidas concretas y no con pronunciamientos genéricos, porque los ciudadanos no están ya dispuestos a seguir pagando dos veces el mismo servicio. Y en segundo lugar, también es indispensable que el sector público, que el Estado, fomente de manera decidida y firme la atención a la dependencia a través del seguro. Y esto solo puede hacerlo a través de incentivos fiscales específicos. Si se quiere fomentar un ahorro finalista y comprometido hay que fijar incentivos para ese tipo de ahorro, de lo contrario el ciudadano siempre preferirá más el ahorro genérico que el ligado a una finalidad específica, que además no sabe si se va a concretar o no en un momento del futuro.
P. ¿Algo parecido pasa con el cambio normativo en los fondos de pensiones?
R. No, yo creo que no. El problema es distinto. En términos generales se ha conservado el tratamiento fiscal a la entrada en los planes de pensiones, sólo con un cierto recorte en los límites de las aportaciones, y ha se ha penalizado, evidentemente, la salida de los mismos cuando se quieren percibir en forma de capital. Creo que deberá reconsiderarse nuevamente en el futuro el tratamiento fiscal de los planes y fondos de pensiones si se quiere incentivar de una manera decidida el ahorro privado.
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