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Reportaje:

El chic de Ségolène... y la sobriedad de Sarkozy

La candidata socialista, según los expertos, ofrece la imagen de la mujer francesa. El conservador intenta parecer más alto

Mábel Galaz

Además de defender con ardor su programa electoral, Ségolène Royal se enfrenta a otro reto: demostrar a los franceses que da la imagen de futura presidenta. Es injusto que a una mujer se la enjuicie por su vestuario, pero es lo que le ha pasado a la candidata socialista durante esta campaña que finaliza el 6 de mayo. Desde el primer día hasta el último se mira el largo de su falda, el tamaño de sus tacones y su maquillaje. Los expertos aseguran que Ségolène está pasando con nota esta otra reválida, aunque al principio no fue así.

Ella suele elegir a paul ka, donde un traje puede costar unos 400 euros

La mujer que aspira a ocupar el Elíseo se vio envuelta en una polémica cuando los grandes gurús de la moda la criticaron por ir con tacones de aguja en una visita a China. Pero por si no estaba claro que la apariencia sí importa, al menos cuando se trata de una mujer,

Ségolène vio cómo se organizaba, a poco de comenzar la campaña, un debate en televisión en el que los grandes de la moda, con Karl Lagerfeld a la cabeza, escudriñaban en su armario.

"Es machista lo que se está haciendo con ella y, por tanto, injusto", asegura Sebastian Kaufmann, uno de los estilistas más prestigiosos del mundo, que trabaja una gran parte del año en Francia. "A Ségolène se la enjuicia cada día por cómo va vestida, peinada o maquillada. Yo que la sigo desde hace mucho, creo que lo está haciendo muy bien".

Los expertos de moda sostienen una leyenda: la mujer inglesa se viste para las amigas, la española para ella misma y la francesa para gustar.

Kaufmann asegura que la candidata cumple esta regla. "A las francesas les gusta enseñar las piernas. Ségolène casi nunca lleva pantalones, además a ella le queda mejor la falda. Ofrece una imagen juvenil. Ha cumplido 53 años pero parece que tiene 45. En los últimos meses ha hecho varios cambios en su imagen que están funcionando".

Los expertos hablan de que se ha cortado la melena y se ha oscurecido el color. "También se ha dejado esa onda que es tan francesa", comenta Kaufmann. La imagen de la candidata cuando comenzó su vida política era la de una mujer con el pelo largo, mucho más claro y unas gafas de mucha graduación. Ahora, Ségolène cautiva, entre otras cosas, por su mirada y su sonrisa. Para ello, además de pasar por el oftalmólogo, se ha limado los colmillos y alineado la dentadura.

En Francia, la industria de la moda es una de las más importantes del país. Por eso todas las mujeres dedicadas a la vida pública tienen mucho cuidado a la hora de elegir dónde comprar su ropa. El armario de Ségolène está lleno de vestidos de marcas francesas.

"Suele elegir a Paul Ka, que es una firma tipo medio donde un traje puede costar unos 400 euros", dice Sebastian Kaufmann. "En la campaña ha utilizado en varias ocasiones el mismo modelo, aunque con distintos colores. Suele llevar siempre un vestido sencillo, acompañado por una chaqueta corta". También compra en Zara por influencia de su hija.

La candidata suele utilizar mucho el azul, el rojo y el blanco, los colores de la bandera francesa.

Rojo era el bolso que llevaba la mujer de Sarkozy el pasado domingo cuando fue a votar, pero a juicio de los expertos tenía un fallo: era de Prada, firma italiana en directa competencia con las grandes casas de moda francesa.

Nicolas Sarkozy no se enfrenta a este examen de imagen cada día aunque él también utilice asesores para mejorar. El problema del candidato conservador es que no es muy alto. Mide 1,63. En Francia se dice que Sarkozy utiliza alzas en sus zapatos.

"Pero para simular más altura, también hay pequeños trucos. Sarkozy nunca lleva los pantalones con pinzas porque hacen más bajo y suele usar chaquetas muy entalladas", observa Sebastian Kaufmann. "En el color, él, como todos los políticos, hace pocas concesiones: siempre va de oscuro". El experto, en cambio, ve en el candidato conservador algo que no encuentra en otros políticos. "Le gusta quitarse de vez en cuando la corbata. Parece que con este gesto intenta que la gente le vea más cercano".

El día 6, en el momento de las votaciones probablemente nadie se acordará del vestido de Ségolène o de los pantalones sin pinzas de Sarkozy. "Lo importante de la imagen es no equivocarse, no destacar", dice un experto.

Nicolas Sarkozy, saliendo del Elíseo.
Nicolas Sarkozy, saliendo del Elíseo.REUTERS
Ségolène Royal, en varias imágenes tomadas durante la campaña electoral.
Ségolène Royal, en varias imágenes tomadas durante la campaña electoral.FRANCE PRESSE / EFE

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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