La Generalitat abrirá seis 'embajadas' en Europa, América y Asia
Carod precisa que la Generalitat actuará en coordinación con Asuntos Exteriores
El Gobierno catalán abrirá hasta el final de la legislatura un total de seis embajadas en Europa, América y Asia -París y Berlín este mismo año- como plataforma política, económica y cultural de Cataluña en el extranjero. Así lo anunció ayer el consejero de la vicepresidencia, el republicano Josep Lluís Carod Rovira, quien se esforzó en el Parlamento catalán en limitar la acción de estas delegaciones a las competencias que el nuevo Estatuto concede a la Generalitat, y precisó que actuarán "con la máxima coordinación y colaboración con el Gobierno español".
Cataluña fue la primera comunidad autónoma, en los años ochenta, en abrir una delegación oficial en Bruselas ante la Unión Europea y una decena más de oficinas comerciales en el extranjero, sobre todo para captar inversiones y fomentar la internacionalización de las empresas catalanas. A lo largo de los años, estas representaciones han ido ampliándose con oficinas del Instituto Ramon Llull (de enseñanza del catalán), del Instituto de Industrias Culturales, de Turismo de Cataluña o de contratación laboral de inmigrantes en origen. Incluso, el anterior Gobierno de Jordi Pujol abrió un restaurante en París, la deficitaria Maison de la Catalogne.
Lo que pretende ahora el tripartito catalán es agrupar todas estas oficinas en una sola delegación gubernamental -sobre todo por un tema de racionalización de costes- y otorgarle rango institucional con un cargo político al frente. Este mismo año la Maison de la Catalogne en París se reconvertirá en una "auténtica delegación de representación política", manifestó Carod, y lo mismo sucederá con Berlín. La oficina de la capital francesa, además, tendrá competencias sobre la Unesco. A lo largo de la legislatura se inaugurarán progresivamente las de Nueva York -que tratará también las relaciones con la ONU- Pekín, Buenos Aires y México. En estas dos últimas ciudades, las embajadas se ubicarán en las actuales dependencias de los casals catalanes.
El consejero republicano se esforzó ayer, en su comparecencia parlamentaria, en restar trascendencia política a este anuncio y subrayó que sus competencias se limitarán a lo establecido en el nuevo Estatuto. Por ejemplo, en materia cultural, científica, educativa, comercial, empresarial y promoción del catalán. "Cataluña no puede tener embajadas porque no es un Estado", afirmó, "pero tampoco una ONG, ni una Cámara de Comercio o un restaurante. No haremos nada que no podamos hacer pero tampoco dejaremos de hacer todo aquello que nos permite la ley", añadió Carod.
Para no levantar recelos políticos en sus socios de Gobierno socialistas, Carod se afanó en precisar que el Ministerio de Asuntos Exteriores no sólo conoce las intenciones del tripartito catalán sino que además la actuación de estas futuras embajadas será con estrecha colaboración de las autoridades diplomáticas españolas en el extranjero. Asimismo, destacó que estas delegaciones no irán más allá de las competencias que establece el Estatuto.
El objetivo de toda esta "arquitectura de política exterior", señaló el republicano Josep Lluís Carod, es "desplegar una auténtica política nacional en el exterior y convertir Cataluña en un actor internacional de primer orden".
El Partido Popular y Ciutadans criticaron que Carod articule una política internacional como si Cataluña fuera un Estado y "a espaldas" de España.
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