"Vivo enteramente para el flamenco"

La naturaleza ha dotado a la cantaora Argentina María López Tristancho, conocida artísticamente como Argentina (Huelva, 1984), de una voz con brío, con arrojo, que se manifiesta audaz sobre el escenario. A sus 22 años y, en el inicio de su carrera, Argentina ha logrado el reconocimiento al Mejor Disco de Cante Revelación 2006, que ha premiado su primer trabajo en solitario, que toma por título su propio nombre. Este premio lo entrega la Asociación Nacional de Críticos Flamencos. Argentina recogió el galardón el pasado 1 de febrero en Madrid. Argentina compartió escenario con artistas consagrados como Sara Baras y Miguel Poveda. La cantaora cuenta con una apretada agenda de conciertos para esta temporada que le llevará a pisar escenarios de todo el país. El primer recital está previsto para la noche de mañana, sábado, en Rociana del Condado (Huelva). El 2 de junio dará un concierto en el auditorio del Palacio de Congresos y Exposiciones de El Puerto (Cádiz) a las 21.00.

Pregunta. ¿Cuándo descubrió la voz flamenca de Argentina?

Respuesta. Mi primer contacto con el mundo flamenco fue a los 12 años cuando mi madre me inscribió en una escuela de baile onubense. La música, en general, siempre ha tenido para mí un valor capital. Pero fue una profesora de la academia la que despertó mi interés por el cante. Ella cantaba en directo en las clases con ayuda de un guitarrista. Luego, en casa, en lugar de practicar los pasos de baile repetía las letras de la tutora. Entonces descubrí que lo mío realmente no era el baile sino el cante. Posteriormente estudié en la Peña Flamenca de Huelva, grabé dos discos con Niños de Huelva y Cané, hasta que conocí a Luis Miguel Baeza, mi actual mánager, que me animó a dar el paso. Me dijo que tenía talento, que el tren sólo pasa una vez. Y surgió la posibilidad de grabar este disco.

P. Su primer disco en solitario y con premio ¿Cómo encaja el reconocimiento al Mejor Disco de Cante Revelación 2006 en su incipiente carrera?

R. Tengo el corazón dividido. De un lado ha supuesto indudablemente una gran sorpresa. Una nunca imagina que su primer trabajo guste hasta el extremo de resultar premiado. De otro una satisfacción plena que te recorre el cuerpo. Nunca olvidaré la noche en que recibí el galardón. Compartí escenario con los mejores: Miguel Poveda, Sara Baras y Enrique Morente. Fue como acariciar la cima.

P. ¿Cómo definiría su primer trabajo?

R. He intentado hacer un disco variado para la gente aficionada al flamenco, pero también para el gran público, con un toque más comercial. Creo que ha salido una mezcla agradable y el público ha respondido de forma favorable.

P. ¿Qué es para usted el flamenco?

R. Todo. Vivo enteramente para el flamenco. Lo que da sentido a mi existencia. Mi trabajo. La ilusión con la que me levanto cada mañana. Mi vocación. Mi sonrisa.

P. ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar?

R. Tengo por delante un largo trayecto y acabo de echar a andar. Mi meta radica en hacer del cante jondo mi profesión. Llegar hasta donde están los mejores artistas. Poco a poco. No tengo prisa. Quiero hacerlo bien.

P. ¿Qué siente cuando ve su nombre junto a artistas consagrados?

R. Me da un vuelco el estómago porque yo los sigo viendo como estrellas, lejos de mi alcance. Quizás llegue un día en que me sienta integrada en este mundo y cambie mi forma de pensar. Ahora siento una profunda admiración.

P. Su formación tiene la marca de la escuela de Cristina Heeren ¿Qué ha aprendido allí?

R. Quería conocer las raíces del flamenco. Hace tres años que acudo a la escuela. Cada día descubro algo nuevo que me enriquece. No quiero perder este vínculo. Aquí conoces a los mejores maestros, las voces con más solera, como Esperanza Fernández, José de la Tomasa, o Paco Taronto.

P. ¿Cuál es la clave para subirse a un escenario y triunfar?

R. Tener un respeto muy grande. Nunca he salido diciendo aquí está todo hecho. Respeto y ganas de mostrar al público lo que quiero, de que la gente se enamore de lo que hago. Sentirlo. Creerlo. Es importantísimo transmitir lo que se está expresando, abrir los ojos, mirar directamente a la gente.

P. ¿En qué se diferencia la Argentina de la calle a la del cante jondo?

R. Somos distintas. En la calle soy tímida. Me cuesta arrancarme entre amigos. Sobre el escenario me transformo. Me aprieto. Soy todo un carácter.