El centrista Bayrou declina recomendar el voto a sus siete millones de electores
El aspirante eliminado crea un nuevo partido y acepta debates públicos con Sarkozy y Royal
El centrista François Bayrou, eliminado el domingo para la segunda vuelta de las presidenciales francesas pese a obtener unos siete millones de votos, consiguió ayer volver a situarse en el centro de la campaña. Anunció que no dará una consigna a sus electores, al menos por el momento, y adelantó la creación de una nueva formación de centro, el Partido Democrático, al estilo del formado por Romano Prodi en Italia. Aceptó además la propuesta que le hizo la candidata socialista, Ségolène Royal, para debatir públicamente sobre sus respectivos programas, y ofreció el mismo trato a Nicolas Sarkozy.
Aunque Bayrou repartió críticas a ambos lados, las dedicadas a Sarkozy fueron más incisivas
Royal aceptó inmediatamente la propuesta de debate lanzada por Bayrou. Por su parte, Sarkozy guardó silencio, aunque miembros de su partido se pronunciaron en contra. Royal, que había sugerido este debate, respondió rápidamente y se ofreció para hacerlo el viernes en un foro con la prensa regional francesa. Sarkozy no respondió, pero varios portavoces de su partido se mostraron contrarios a la idea y acusaron a Bayrou de querer entrar, sin estar invitado, a la segunda vuelta. El conservador Nicolas Sarkozy no estimó razonable el tener que debatir con François Bayrou. "Ésta es una elección entre dos finalistas. En una competición deportiva no se admitiría que un equipo que ya ha quedado eliminado diga ahora que él también quiere jugar la final".
Tras haber amenazado con romper el modelo político francés, todo el mundo esperaba ayer las palabras de Bayrou. Parecía claro que no iba a tomar partido. Y así fue, aunque con muchos matices. Pero consiguió meterse de nuevo en la campaña, ocupar parte del escaparate político durante la segunda vuelta, lo que le permitirá mantener su presencia en los medios de comunicación para dar consistencia a su nuevo partido ante las legislativas de junio, cuando pretende consolidarse como la tercera fuerza política del país. En Francia, dijo, la democracia está "enferma", el tejido social está "roto" y no hay crecimiento económico.
"No daré una consigna de voto", dijo el que fuera candidato de la Unión por la Democracia Francesa (UDF). En cuanto a lo que votará él mismo o a si hará pública su elección, Bayrou se mostró más abierto. "No sé lo que haré", dijo, "pero empiezo a saber lo que no haré y creo que se lo pueden imaginar leyendo mis declaraciones".
Sus palabras de ayer fueron más amables con Royal que con Sarkozy. Aunque repartió críticas a ambos lados, las que dedicó al candidato de la derecha fueron más incisivas y centradas en su persona, en el peligro que para el país representa su concepción del poder. "Por su proximidad con el mundo de los negocios y los poderes mediáticos, por su gusto por la intimidación y la amenaza, va a concentrar el poder como nadie antes lo ha hecho", dijo refiriéndose a Sarkozy, a quien comparó con Silvio Berlusconi. "Por su carácter y por los temas que ha decidido agitar, corre el riesgo de agravar las roturas del tejido social, especialmente aplicando una política en beneficio de los más ricos".
Con Royal, las críticas se centraron en su programa y más concretamente en el programa del Partido Socialista. Presta más atención a los temas como la mejora de la democracia y la reconstrucción del tejido social, reconoció Bayrou, pero criticó que pretenda "multiplicar las intervenciones del Estado, perpetuando la ilusión de que el Estado se debe ocupar de todo y que puede ocuparse de todo, creando no sé cuántos servicios públicos, lo que va en contra de las orientaciones necesarias para devolver a nuestro país y a su economía su creatividad y su equilibrio". Un programa que, en opinión del candidato centrista, contribuye a "infantilizar a los franceses".
Con estas premisas, Bayrou anunciaba la creación del Partido Demócrata (PD), que servirá "para cambiar definitivamente la política francesa". A los diputados y cargos electos de la UDF, a quienes Sarkozy corteja y amenaza a partes iguales, con el arma de facilitarles su escaño en las legislativas retirando al candidato de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Bayrou les dio ayer "total libertad" para que apoyen a quien crean conveniente. La UDF se reunirá en congreso para dar a luz al PD, que "presentará candidatos en todas las circunscripciones electorales" en las legislativas. El PD, además de servir de "contrapeso" al poder de los otros dos y "garantizar" los derechos de los ciudadanos, tendrá como objetivo "refundar nuestras instituciones, reformar nuestra sociedad, reconciliar a Francia con Europa y a Europa con Francia".
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