El AVE entrará en Sants en pruebas a partir del mes de octubre
Las instalaciones de Cercanías están al límite de su vida útil
La estación de Sants estará lista en octubre, de modo que los trenes de alta velocidad llegarán ya a Barcelona. No llevarán aún pasaje, porque necesitarán un periodo de pruebas para comprobar la fiabilidad de las instalaciones. El director de la línea, Antonio Fernández Gil, cifró la fase de pruebas en dos meses; es decir, que si todo se cumple, en diciembre los barceloneses podrán ir a Madrid en AVE.
Lo peor para Sants aún no ha llegado. En la última fase de obras será necesario cortar la circulación de los trenes durante nueve horas, explicó ayer el responsable de Cercanías en Barcelona, Miguel Ángel Remacha. Pero luego, las cosas serán menos dramáticas. Estos cortes se producirán después del verano, porque en octubre las obras tienen que estar terminadas, aseguró ayer el responsable de la línea de alta velocidad.
De este modo, los trenes de alta velocidad, que ahora sólo pueden cubrir el trayecto Tarragona-Madrid, podrán circular hasta Barcelona, aunque, en realidad, lo harán sólo convoyes de pruebas.
El último tramo, el que va desde El Prat hasta Sants, explicó Fernández Gil, es el más complicado, debido a que las obras coinciden con una alta densidad urbana y también con una altísima densidad de tráfico ferroviario. En muchos tramos sólo se puede trabajar unas pocas horas diarias, cuando no funcionan los trenes. No obstante, la perspectiva no es mala.
En el tramo entre Tarragona y Sant Joan Despí la velocidad que se alcanzará será de 300 kilómetros por hora, la misma que, a partir del próximo mayo, tendrá el AVE entre Tarragona y Madrid (ahora la velocidad máxima es de 280 kilómetros por hora).
Menor velocidad
Luego, sin embargo, esta velocidad será mucho menor. En determinados tramos rondará los 100 kilómetros, aunque en otros podrá alcanzar los 160 kilómetros por hora. Este hecho es uno de los que hará que la fase de pruebas sea menos dificultosa que si tuviera que circular a 300 kilómetros por hora.
La llegada del tren de alta velocidad a la ciudad de Barcelona tendrá un efecto secundario beneficioso sobre el servicio de Cercanías, explicó Remacha, ya que liberará espacios para aumentar frecuencias de paso, de modo que se podrán ofrecer unos horarios mucho más homogéneos. Una de las primeras líneas beneficiadas será la C-2 en la zona sur (la que recorre la costa del Garraf).
No obstante, las instalaciones ferroviarias, en general, se hallan al límite de su vida útil, señaló el director general de Desarrollo de la Infraestructura de Adif, Manuel Sánchez Doblado. El límite se sitúa en torno al cuarto de siglo y la mayor parte de las instalaciones tienen entre 20 y 25 años. Este hecho y la práctica saturación de las vías explican la frecuencia de averías que se han venido produciendo en los últimos meses. Como si le hubieran oído, las infraestructuras volvieron a fallar ayer. Una avería en las vías entre las estaciones de Sants y L'Hospitalet causó retrasos de unos 20 minutos en diversos trenes a primeras horas de la tarde.
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