¿Restricciones? ¿Señales?
La mayor parte de los conductores que suben por La Rambla desconocen que hay limitaciones horarias de paso
Pintadas en el asfalto de La Rambla. No son grafitos. Se trata de la señalización horizontal que realizaron el jueves de madrugada operarios municipales: "Només vehicles autorizats". Una señal que se ha pintado en el asfalto ante la evidencia de que la inmensa mayoría de los conductores que utilizan ese paseo en sentido ascendente no se han enterado de las restricciones de tráfico.
Amics de la Rambla demanda señales más grandes y una campaña informativa
Sólo 4 de 40 conductores preguntados conocían las restricciones
Se vienen aplicando desde hace tres semanas, aunque durante las dos primeras se hizo la vista gorda con los turismos y motos que sin estar autorizados atravesaban todo el paseo hasta llegar a la plaza de Catalunya. Por "autorizados" se entiende el transporte público, los residentes, comerciantes y hoteleros que han facilitado las matrículas de sus vehículos y forman parte de una "lista blanca".
Desde el pasado lunes, sin embargo, quien haya utilizado la Rambla hacia plaza de Catalunya sin estar autorizado o sin utilizar los aparcamientos podría recibir la notificación de una multa de 90 euros. Lo de "podría" tiene la explicación en que el Ayuntamiento de Barcelona no ha querido facilitar información al ser preguntado sobre cómo funciona el sistema o cuántos vehículos han sido sancionados por saltarse la prohibición.
El sistema es un control mediante cámaras fotográficas situadas en siete puntos del paseo: al inicio, en las entradas y salidas de los aparcamientos y en la salida de la Rambla. Son siete controles con un total de 16 cámaras. Si un vehículo ha utilizado la Rambla como vía de paso aparecerá en los registros de los siete controles y, en consecuencia, será sancionado. Las cámaras instaladas en las entradas y salidas de los aparcamientos sirven para cotejar las matrículas y, por tanto, los usuarios no deberían ser sancionados. Las limitaciones son horarias, de lunes a sábado de 11.00 a 15.00 y de 17.00 a 20.30 horas.
"¿Restricciones? ¿Señales?", son las preguntas que hacen con cara de sorpresa la mayoría de los conductores que se adentran Rambla arriba cuando son preguntados.
El despiste y desconocimiento de las restricciones y de las consecuentes sanciones es general, por no decir absoluto. Lo es para los 10 conductores de turismos y motocicletas preguntados por redactores de este periódico en el paso de peatones a la altura de la plaza Reial, para otros 14 en el cruce con Porta Ferrisa y para 26 en el semáforo de plaza de Catalunya en el intervalo de algo más de media hora, aproximadamente, a media mañana del miércoles y del jueves pasado.
De todos ellos, excluyendo los vehículos de matrícula extranjera y taxistas, sólo cuatro dijeron conocer las restricciones de tráfico porque trabajaban en locales de la Rambla o eran residentes. Sin embargo, repartidores de periódicos que pasan cada día con la furgoneta por la zona o incluso los propios trabajadores de los quioscos, que acuden al trabajo con su vehículo, ignoraban la existencia de la limitación. Por eso, la pregunta que hacían a renglón seguido se repetía: "¿Y ponen multas?". Un transportista de la empresa MRW reconoció que lo sabía pero que había pasado igual: "Es que no tengo otra opción. Tengo que llevar un paquete y no puedo pasar por otro sitio. Si me ponen una multa no sé quien la pagará".
La gran mayoría de los conductores que dijeron no saber nada de las restricciones tampoco había visto las señales que advierten de ellas, lo que resulta bastante fácil de entender. Hasta la madrugada de ayer, cuando se realizó la señalización del asfalto, sólo había dos indicadores que advertían de las limitaciones. Uno de ellos junto al edificio de la Aduana, en la calle de Josep Carner, antes de llegar a Colom. El otro está en la misma Rambla, cuando apenas hay tiempo para reaccionar. Se trata de un cartel luminoso con fondo negro y letras en rojo en el que lo más grande es el reloj: "Control fotogràfic", seguido de la indicación de prohibido circular.
Leer el horario de las limitaciones -que es lo que aparece en el interior del letrero-resulta bastante complicado por la calidad de la señal y por el tamaño de la letra. Eso, mirándolo con calma, porque al volante de un vehículo la dificultad es mayor. Junto a esa señal, hay otra, mayor y más clara, que indica el estado de los aparcamientos de La Rambla. "Hombre, lo que no es normal es que lo pongan a la izquierda porque las señales suelen estar a la derecha y muchos conductores es que no la ven", opinaba el encargado de un hotel.
En el paseo de Colom, en teoría, debería haber otra señal que advirtiera de las restricciones horarias. Hay una señal vertical que parece que se trata de un letrero luminoso, pero no funciona. Es decir, que los conductores giran a la derecha para subir por La Rambla con toda tranquilidad porque no hay nada que les advierta de las limitaciones horarias. Eso hasta la madrugada de ayer, en la que se pintó el asfalto.
"A nosotros nos dijeron que los letreros serían más grandes y supongo que lo harán porque lo que han puesto no se ve nada", dice Manel, encargado del hotel Cuatro Naciones, al inicio de La Rambla. Añade que los trabajadores del hotel sí conocen las restricciones y que han dado cuatro matrículas de clientes para que no sean sancionados si atraviesan La Rambla. Además, estacionan en un aparcamiento cercano. En otros establecimientos hoteleros con aparcamiento propio, como el Citadines, no han dado ninguna matrícula: "De todas formas, hay muchos visitantes que lo que hacen es parar con el coche un momento para preguntar si hay habitaciones y los precios. No me parece muy normal que les sancionen si acaban de llegar a la ciudad y buscan alojamiento", explica la encargada de ese hotel. Un comentario que se repite en el Rívoli: "además, si los propios ciudadanos de aquí parece que no se han enterado de las restricciones, ¿qué se puede esperar de alguien que viene de paso?".
Las limitaciones horarias de la Rambla pretenden aligerar el tránsito que soporta esa vía en unos 2.000 vehículos de los 10.000 que soportan en días laborables. Al menos, ésa era la aspiración del consistorio cuando presentó el sistema de control por cámaras fotográficas. Es una medida ligera de pacificación de tránsito, muy lejos de peatonalización del paseo que se descartó por la intensa actividad comercial y hotelera que soporta.
La asociación Amics de la Rambla, que hace de coordinadora de los afectados por las restricciones, desde vecinos a hoteleros, está a favor de la medida de la limitación horaria pero también cree que no se ha hecho bien: "desde la asociación ya hemos informado a los técnicos del Ayuntamiento de que las señales son insuficientes. El indicador de la Rambla es pequeño y no da tiempo a leer", señala Dolors Álvarez, gerente de la asociación.
Desde la asociación se insiste en que una medida de ese tipo tiene que estar precedida de una importante campaña informativa: "pensamos que la gente, en general, no se ha enterado de que se ha limitado el tráfico y de que se multará a quien se lo salte. En esas condiciones pediríamos al Ayuntamiento un poco de tolerancia con los infractores. Primero informar, luego, sancionar". La apreciación de la gerente de Amics de la Ramblas se ajusta bastante a la realidad ya que el consistorio apenas ha realizado una campaña informativa en contraste con las que hace en otras ocasiones.
Y si la limitación de paso en sentido ascendente no está dando resultados, al menos por ahora, tampoco parece que surta efecto la limitación de velocidad a 30 kilómetros hora, en ambos sentidos de La Rambla. Si la intensidad del tráfico lo permite los vehículos exceden esa velocidad con absoluta normalidad, incluidos los autobuses.
Esta información ha sido elaborada con la colaboración de Laura Clavijo y Helena Villar.
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