Que siga el espectáculo
Con la misma indignación que asistimos a la contemplación en todos los medios de comunicación de las imágenes de la muerte de Sadam -mientras se nos decía lo indigno que era difundir esas imágenes-, asisto perplejo a la estupenda fama que ha obtenido este chico asesino de más de 30 personas, y que ya quisiera para sí más de un investigador en la lucha contra el cáncer.
Se nos informa mientras vemos el vídeo de este asesino que las familias de los asesinados piden indignadas que estas imágenes no se difundan. Ya sólo me queda esperar que si, a punta de navaja, alguien me intenta atracar, por lo menos no me suelte un discurso sobre la inseguridad ciudadana.
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