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Crítica:EQUIPAJE DE BOLSILLO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cupido literario

Mario Vargas Llosa muestra en este libro su lado más feliz de enamorado. De esos que al contar su historia despiertan en el oyente el deseo de ser flechado de lo mismo. Aquí de enamorado de la lectura. La prueba es La verdad de las mentiras, una obra en la que el escritor peruano-español analiza 36 novelas del siglo XX. Libros que le han regalado momentos maravillosos, cuyo entusiasmo transmite con lucidez. Vargas Llosa pone en contexto histórico-literario la obra y al autor, da pistas sobre el argumento y luego la examina en busca de los secretos de ese amor que le inocula.

El libro se abre con un magnífico prólogo que da paso a las 36 novelas, empezando por El corazón de las tinieblas (1902), de Joseph Conrad. Y tras ella, en orden cronológico, títulos tan diversos y de todas las décadas como La muerte en Venecia (1912), de Thomas Mann; Dublineses (1914), de James Joyce; La señora Dalloway (1925), de Virginia Woolf; El gran Gatsby (1925), de F. Scott Fitzgerald; Santuario (1931), de William Faulkner; Siete cuentos góticos (1934), de Isak Dinesen; El cero y el infinito (1940), de Arthur Koestler; El reino de este mundo (1949), de Alejo Carpentier; La casa de las bellas durmientes (1961), de Kawabata; Herzog (1964), de Saul Bellow, y Sostiene Pereira (1994), de Antonio Tabucchi.

LA VERDAD DE LAS MENTIRAS

Mario Vargas Llosa

Punto de Lectura. Madrid, 2007

438 páginas. 9,20 euros

Son las preferencias de uno de los grandes escritores en español, que se suma a una bibliografía similar en la que están nombres como Flaubert, Forster, Nabokov, Maugham y Lodge. Y todos dan testimonio de las altas cotas literarias que puede alcanzar el ser humano. Vargas Llosa (Arequipa, 1936) comparte su pasión, e invita a contemplar la belleza. La de las historias escritas. La verdad de las mentiras es fiel al título y busca demostrar cómo las novelas están hechas de mentiras prodigiosas que ayudan a completar el mundo y la Historia, a hacer más alegre la vida, a no estar confinados en el presente y a recordar que la realidad es de donde parte el escritor para ir al encuentro de la creación. Como dice el autor de Conversación en La Catedral, en este prólogo a recordar: "El regreso a la realidad es siempre un empobrecimiento brutal: la comprobación de que somos menos de lo que soñamos".

El resultado es que después de cada novela abordada por Vargas Llosa, el lector querrá ir a su biblioteca para releerla o correr a la librería para compararla.

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