Mejor asistente que soldado
Héctor López tiene 27 años y estudia tercero de Derecho en la Universidad Autónoma de Barcelona. Saca buenas notas y es políglota: se defiende en portugués, griego e italiano. Además, ha participado en dos Juegos Paralímpicos e, incluso, ha batido el récord del mundo en los 50 metros espalda.
Sus primeros dos años en la universidad fueron bastante arduos. Tres días a la semana se levantaba a las cuatro y media de la madrugada para llegar a clase a las nueve. Vivía en Badalona, pero se movía en silla de ruedas y utilizaba distintos transportes. Confiesa que en algún momento estuvo a punto de dejarlo, "pero me ayudó mucho el programa PIUNE de la Fundació Autònoma Solidària (FAS)".
Ahora su vida de estudiante es un poco más fácil. Este año puede levantarse cada día a las ocho de la mañana, porque vive en la Villa Universitaria, y la próxima semana se convertirá en el primer estudiante en tener un asistente personal. No será el único; este curso otros siete estudiantes podrán acceder a este servicio, y en septiembre se añadirán otros tres. Él mismo elegirá su asistente, entre un grupo de aspirantes preseleccionado por la FAS. Héctor cree que esta figura ayudará a las personas como él a "circular y estudiar".
Héctor tiene una enfermedad neuromuscular degenerativa. Los primeros síntomas empezaron cuando tenía 15 años y a los 19 dejó de poder andar.
De la ley de dependencia opina que "es una gran iniciativa", aunque considera que se ha hecho, sobre todo, "para contentar a la gente mayor, que son un buen número de votantes". Héctor reclama más dinero para la ley, porque tiene claro que "para la sociedad española es más importante tener 10.000 asistentes personales que 100.000 soldados".
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