La Policía detiene a 13 personas por traficar con mujeres rusas en Almería

La Policía Nacional desarticuló en la madrugada de ayer a una red de traficantes de mujeres rusas que operaba en El Ejido y Roquetas de Mar (Almería), donde sus 13 miembros poseían cinco clubs de alterne. En estos locales los agentes detuvieron asimismo a 47 prostitutas rusas, que pasarán a disposición judicial mañana. Estas mujeres son la punta del iceberg de la red, ya que los investigadores calculan que la banda introdujo unas dos mil jóvenes rusas en los últimos tres años, a cambio de lo cual enviaba unos 650.000 euros al año a Rusia.

La operación Zarpa ha desarticulado una banda de tráfico de mujeres muy consolidada y que mantenía "en condiciones de esclavitud" a multitud de jóvenes rusas, según los investigadores. Tras identificar a 150, hasta 47 de ellas fueron detenidas por estancia irregular en los clubs de alterne Zambra, Montecarlo y Glamour de El Ejido, y La Barrica y Glass de Roquetas de Mar, así como en nueve domicilios de dichas localidades. Después de prestar declaración ante el juez, ingresarán previsiblemente en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), paso previo para su deportación a Rusia.

La operación policial, dirigida por el Juzgado de Instrucción 5 de El Ejido en colaboración con el Juzgado de Instrucción 2 de Roquetas de Mar y en la que participaron unos 50 agentes, intervino a la banda dinero y diversos bienes de lujo: 21.000 euros en efectivo, nueve vehículos como Mercedes 500 y Audi A6, piezas de oro, siete ordenadores, una pistola detonadora, pasaportes falsos, reservas de hotel, billetes de avión, y multitud de documentación pendiente de analizar.

Los cabecillas de la banda detenidos son José Nunes Gonzalves y su hijo Bruno Felipe Nunes, ambos de nacionalidad portuguesa, y los españoles Isidro Manuel Manrique y José Antonio Bueno. A los cuatro arrestados se le imputan delitos relacionados con el tráfico ilegal de personas, la explotación ilegal de ciudadanos extranjeros, y contra los derechos de los trabajadores, entre otros. Junto a ellos, fueron detenidas seis mujeres rusas, que al parecer ejercían de madames para controlar el trabajo de las prostituas, así como un ciudadano búlgaro y otro ruso.

La investigación se inició el pasado noviembre a cargo de la Brigada Central contra las Redes de Inmigración Ilegal (UCRIF), que ha colaborado con la policía rusa y las unidades de la UCRIF en Almería y Alicante, además de la Brigada de Investigación de Delitos Monetarios del Banco de España, cuyos agentes han controlado el incesante flujo de dinero hacia Rusia por parte de la banda. Los investigadores intentan precisar ahora si detrás de los 650.000 euros anuales enviados a través de agencias especializadas en el envío de divisas al extranjero podría figurar un delito de blanqueo de capitales. En una de estas agencias se remitieron durante el pasado año envíos por un importe de 40.000 euros, según averiguaron los investigadores.

Las pistas condujeron a que este dinero estaba relacionado con la explotación de mujeres rusas, que eran captadas mediante "el engaño, el abuso de su vulnerabilidad y el fraude" por la banda. Para ello, sus miembros utilizaron documentación previamente manipulada o ficticia, y obligaron a las chicas a ejercer la prostitución y depositar la totalidad de las ganancias en la caja del club. La vida de estas mujeres estaba por completo en manos de los cabecillas de la banda. Estos ejercían un control "tan férreo" sobre ellas que éstas incluso se veían obligadas a solicitar autorización para efectuar cualquier salida al exterior del local, para lo que la banda incluso fijó una cuota.

Los investigadores sospechan que la lucrativa red posee conexiones con la mafia rusa, pero deberán esperar al análisis de la documentación incautada para confirmar esta hipótesis.