Corrección de urgencia
La volatilidad se ha adueñado de la actividad cotidiana de los mercados de valores, en los que los inversores se sienten incapaces de seguir de cerca los altibajos que sufren las cotizaciones.
El Ibex 35 terminó esta última sesión con un retroceso del 0,36% y en 14.966,00 puntos, aunque en los peores momentos del día llegó a perder el 1,10%, con lo que se acercaba de forma preocupante al soporte de los 14.800 puntos.
En general, se esperaba una corrección desde los niveles máximos tras las muestras de debilidad del día anterior, pero lo que debía durar varios días sucedió en unas pocas horas, justo lo que tardaron los últimos indicadores de Estados Unidos en ofrecer una imagen más amable de la situación económica que atraviesa aquel país.
La lectura cotidiana de la evolución de los mercados de valores se ha convertido en un embrollo que exige algo más de distancia y tiempo para ser comprendida en profundidad, pero la dinámica actual impide tomarse un respiro que, al decir de algunos habituales, "puede dejarte fuera de juego".
Los datos económicos estadounidenses que lograron suavizar las pérdidas de los mercados europeos fueron el IPC de marzo, inferior al previsto, y el avance en la construcción de viviendas, mientras que el retroceso de la producción industrial ponía un punto de duda sobre tan favorable panorama.
En Europa destacaba el índice de expectativas económicas para Alemania, que permitió que la Bolsa de Francfort fuera una de las pocas que consiguió terminar la sesión con un avance que, de paso, le permite acumular una subida anual del 11,40%.
El dinero buscó, en parte, refugio en la renta fija, haciendo bajar la rentabilidad del bono a 10 años y situando la contratación en el Mercado Continuo en 5.839,63 millones de euros, con 3.956,96 millones en operaciones en el "mercado abierto".
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