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Crítica:FERIA DE ABRIL
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cebada galgos

En la variedad está el gusto. Venían los Cebada Gago. Expectación, toros para aficionados. Y venían astifinos y variados. De pelo y peso. Cárdeno, negro, castaño, sardo, bragado y salpicado. Con los kilos raspados como galgos prometían vibración y movimiento. Variedad de toros, variedad de toreros. Toreros de gracia y arte; de corazón y entrega; de clasicismo y hondura. Pero los tres marcados por un cuño torero que los honra: su enfrentamiento con todo encaste, lejos de ascos, remoloneos ni remilgos. Su afán de torear, lo que sea, cuando sea, donde sea... y bien. A las duras, a las maduras y a las durísimas. Quizá por eso Francia, que no es tonta, tiene a dos de ellos entre sus fijos. Hoy estaban en Sevilla.

Cebada Gago / Díaz, Robleño, Cruz

Toros de de Cebada Gago; desiguales, interesantes y encastados. Mansearon casi todos, flojeó el 3º y sirvió el 6º. Curro Díaz: estocada algo caída (saludos); estocada (saludos y ovación). Fernando Robleño: dos pinchazos, atravesada y descabello (silencio); dos pinchazos (silencio). Fernando Cruz: pinchazo y desprendida (silencio); estocada y descabello (palmas). Plaza de La Maestranza, 17 de abril. 6ª corrida de abono. Tres cuartos de entrada.

Costó fijar al 1º, un cárdeno bien hecho que eligió caballo: el de Juan Sánchez. Luego Valle le dio barrena, y el bicho ni pío. Lo miraban atentos Curro y el público en banderillas y se aplaudió un par de Peña. De su querencia a las tablas del sol lo sacó Díaz al centro y allí aguantó miradas, derrotes y revueltas del bravucón que se paraba en cada hachazo. Perderle la cara era ir al hule, y la estocada, con fe, acabó con él mientras con justeza se le ovacionaba. El 4º era un sardo que causó la admiración y esto no le gustó. Era un toro humilde: se paró, miró al tendido y decidió volver por donde vino. Y eso quiso hacer toda la lidia, aunque al jamelgo de Juan Sánchez -que algo debe tener- entró con celo. La segunda vara se la tuvo que dar frente a sus queridos toriles. Cuando Curro se fue a brindar, volvió a arrancar el murmullo; luego, silencio; después "bieeen" al recibo por bajo; acto seguido oles en las trincheras lentas, desmayadas, del remate. En la primera serie se pidió música y ya lo embarcaba en derechazos largos, girando el torso, hasta que le dio un susto. Cambió a la izquierda y el sardo ya había aprendido el truco y no embistió. Lo mató de una buena estocada en toriles, y allí fue a echarse, donde siempre quiso estar.

A pies juntos saludaba Robleño a su 1º cuando le arrebató la capa con violencia Cabellito. Primer aviso. Al caballo de Marcial le saltó dos veces al pescuezo. Segundo. Cruz no pudo darle un pase en el quite. Tercero. Así que cuando Robleño empezó a someterle, la actitud era de aprobación, pero, con casta, derrotaba en los remates con más peligro a medida que el tiempo le desengañaba. El oficio del diestro no le dejó ganar. Pena la mala muerte que le dio. El 5º, más cuajado, saltarín y carita alta, de los que esperan, era de armas tomar. Y con ellas andaba el diestro cuando el astado empezó a echarse: antes de entrar a matar, tras el primer pinchazo y tras el segundo.

A Cruz no le arredró el cornalón de Valencia (y no es el único). Lidió primero a un castaño, de 475 kilos, que siguió con celeridad el capote y al que se reclamó más trapío. El toro chico, bien hecho y con trapío, lo que le faltó fue fuerza. No paró de revolcarse. En el primer cite de muleta ocurrió algo insólito: ¡Hey! -le llamó- y el morlaco se arrodilló como un perro amaestrado. Siempre se ve algo nuevo en los toros. Pero llegó el sexto y ya se nos iban las esperanzas cuando se fue Cruz al centro dando verónicas de gran pureza. La decepción de la tarde había puesto pereza en las gargantas. Le tocó bien y poco Sauco y sonó el clarín. Cuando brindó ya vimos que había toro. Y empezó a torear, hondo, lento, en el centro, la muñeca dirigiéndolo hacia dentro, clásico y templado, con el compás abierto. De verdad. Vio que no había izquierdo y siguió en la diestra. Cuando saltó la música acababa de dar el mejor derechazo de la feria; luego, redondos cumplidos y ayudados lo dejaron cuadrado para la estocada que llegó a la herradura. Dio una merecidísima vuelta al ruedo que a mí -e imagino que a él- me supo a poco.

LA CORRIDA DE HOY. Toros de Palha para Luis Miguel Encabo, López Chaves e Iván García. Digital+ retransmite el festejo a las 18.30.

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