"Cambio 'top manta' por trabajo"
Un grupo de senegaleses propone al Ayuntamiento de Terrassa dejar la venta ilegal a cambio de formación y trabajo
"¿Casa? No, no tengo. Hoy dormiré en la Caixa Tarragona y mañana quizá en otro cajero o en algún jardín. La policía piensa que vendiendo CD y películas ganamos mucho dinero, pero apenas da para comer. Yo gano poco más de 50 euros al mes". Abdul - es un nombre ficticio- lleva un año en Terrassa. Cada día coge la mochila y se va a la Rambla. Ahí, en el suelo, sobre una tela, despliega su oferta. "No tengo papeles, ya sé que no se puede hacer, que para el país no es bueno, pero si no, no como". El martes pasado era uno de los más de 20 senegaleses que acudió a una reunión singular. Todos, menos el que decidió congregarles, Mamadou Dieye, están sin papeles y se dedican al negocio del top manta. La propuesta de Mamadou es organizarse y dejar la venta ilegal de las copias piratas de música y películas. A cambio, pide al Ayuntamiento que les dé formación y cualquier tipo de trabajo: limpiar calles, cuidar de los jardines, lo que sea. Él se ha ofrecido para hacer de interlocutor. La convocatoria ha sido fácil. Sólo había que ir a la Rambla. "Estamos todo el día ahí, es nuestra casa", aseguran.
A ninguno le gusta correr con la policía pegada a los talones. En la mayoría de los casos les requisan el material y apuntan sus nombres. Ahmed, nombre ficticio, tiene 22 años y lleva siete meses en Terrassa. Llegó en patera desde Ziguinchor, la capital de la región senegalesa de Casamance. Relata que le han cogido la mochila unas seis veces y asegura que, cuando está llena, lo que contiene puede valer unos 200 euros. Unas pérdidas que le han llevado a endeudarse con los que le proporcionan los CD. De ellos poca cosa sabe, sólo la nacionalidad. "Siempre quedamos en la calle, nunca hay nombres". La cita siempre es en alguna vía pública de Barcelona. Hasta esta semana Ahmed compartía un salón con otros 10 inmigrantes. "Sólo el jefe de la casa tiene habitación. Yo pagaba unos 150 euros al mes, pero esta vez ya no puedo pagar el alquiler y dormiré en algún jardín". Ahmed desembolsa otros 25 euros por semana al "jefe de la casa por la comida".
Mamadou les ha convocado porque quiere encontrar una solución. Propone, ya que no puede eliminar del todo el top manta, hacer turnos, que algunos dejen de vender algunos días de la semana. La respuesta de la mayoría es que ello no es posible. "No podemos, el día que no salimos a vender, no comemos". Pero todos lo dejarían si alguien les diera cualquier tipo de trabajo comunitario. El problema es que ninguno tiene papeles, en muchos casos ni siquiera pasaporte. Es un pez que se muerde la cola. Ellos están dispuestos a organizarse, a dialogar con el Consistorio. Van a reunirse cada martes, por la tarde, en una sala que les deja el Ayuntamiento de Terrassa. "Al menos, si nos organizamos y todo el mundo tiene acceso a la información y a las ayudas, algo se podrá hacer", explica Mamadou. Este senegalés, a diferencia de la mayoría de los que han acudido a la reunión, llegó en avión e hizo un curso en la Universidad Autónoma de Barcelona. Le frustra la situación de sus compatriotas. "Recuerdo que cuando llegué, no hablaba nada de español, entré en un bar y una mujer me dijo que no quería nada. Creí que era racismo, pero en realidad pensaba que yo le quería vender CD y películas. Después vi una redada y como estaba ahí la policía también me pidió la documentación. Me dolió ver todo esto". Y la situación, lejos de mejorar, empeora. "Cada vez veo más senegaleses en las calles vendiendo CD".
Asegura que él puede dialogar con el Ayuntamiento e intentar encontrar alternativas. De momento, ha presentado una propuesta por escrito. El concejal de Servicios Sociales del Consistorio, Màrius Massalé, la tiene en sus manos. "Somos conscientes de la problemática y estamos dispuestos a oír sus propuestas", explica el responsable político. Según el Consistorio de Terrassa, en la ciudad hay un millar de senegaleses con los papeles en regla. La cifra de los que están en una situación irregular es una incógnita. Mamadou asegura que en la ciudad hay más de 200 que se dedican a la venta de top manta.
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