Alcobendas saca a la luz la división socialista

La cita era a la una de la tarde. El alcalde de Alcobendas, el socialista José Caballero, de 64 años, había convocado a los medios para anunciar oficialmente su renuncia a repetir como candidato. Pero en la sala no sólo había periodistas. También se presentaron medio centenar de militantes de a pie de otras agrupaciones locales que sienten que la dirección del Partido Socialista de Madrid (PSM) les ha robado sus listas electorales. Acusan al secretario general del PSM, Rafael Simancas, de haberles impuesto candidatos cercanos a él para controlar así las agrupaciones locales. En otra sala, comparecieron los dirigentes del PSM para arropar al nuevo candidato oficial, Manuel Aragüetes, de 55 años, primer teniente de alcalde y 25 años como edil.

José Caballero irrumpió a la una de la tarde en una sala abarrotada por periodistas; simpatizantes de su causa y militantes de otras agrupaciones (Valdemoro, Nuevo Baztán, Quijorna...), "ninguneados" por el Partido Socialista de Madrid (PSM). "¡Entre todos la mataron y ella sola se murió!", sentenció, una vez que consiguió sentarse, para resumir su renuncia a ser el candidato del PSOE a alcalde porque la lista que le impone la dirección del partido le es "hostil".

Su intervención estuvo constantemente interrumpida por los aplausos de su gente afín. Caballero criticó que el secretario de Organización, Andrés Rojo, y la portavoz adjunta del partido, Ruth Porta, hubiesen acudido también ayer al Ayuntamiento a respaldar al nuevo candidato. "Han venido porque tienen sentimiento de culpabilidad, por eso vienen...", empezó Caballero. ¡"Y porque tienen muy poca vergüenza!", gritó alguién entre el público. Y sus simpatizantes se rompieron las manos a aplaudir.

A mitad de su intervención, Caballero encendió al auditorio al reprochar a Rafael Simancas, secretario general de los socialistas de Madrid, que prefiera tener controladas las agrupaciones locales a que los socialistas ganen en los ayuntamientos. "Los burócratas van a terminar con los partidos porque dan prioridad a mantener el poder de las agrupaciones y de la militancia, en vez de dar prioridad a ganar las elecciones", advirtió Caballero. Y entonces saltaron miembros de otras agrupaciones socialistas agraviadas. "¡Eso es lo que está haciendo Simancas, controlar las agrupaciones, cubrirse las espaldas!", gritó un hombre. "¡Así estamos en 18 pueblos¡", contestó otra mujer del público. "¡En más, en más, en 23¡", le corrigió otro. Y más aplausos.

Diferentes fuentes del PSM corroboraron la tesis de que hay una estrategia de la dirección del partido para controlar las agrupaciones con miras al futuro. Una versión que Simancas siempre ha negado. "Es un intento de blindaje de Simancas ante un posible resultado adverso en las próximas elecciones", explican esas fuentes. "Ha hecho apuestas muy personales en agrupaciones grandes para situar a gente cercana". Porque si hay batacazo electoral necesita a las agrupaciones para respaldarlo en el partido.

Todo depende de los votos. Si pierde por poco, Simancas mantiene las riendas: nadie se atrevería a criticarle, pero sólo para no perjudicar la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones generales de 2008. "Pero si el golpe es tremendo, todo el mundo se le va a volver en contra", agregaron fuentes del PSM.

Tras el baño de masas de Caballero, en otra sala del Ayuntamiento, comparecieron Manuel Aragüetes, Ruth Porta y Andrés Rojo. Sonrieron mucho y repitieron la palabra "respeto" una veintena de veces para referirse al alcalde. La consigna: no entrar en polémicas.