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Reportaje:Copa de la UEFA, cuartos de final

Un zapato en la cabeza

Walter Pandiani, máximo goleador en la UEFA, simboliza el poder del Espanyol ante el Benfica

Robert Álvarez

Media Europa huele la pólvora que con inaudita eficacia viene quemando Walter Pandiani en la UEFA. En Lisboa ya le conocen y le temen. El Benfica sudó en Montjuïc para tensar de nuevo un pulso muy decantado de entrada con el tercer gol que le endosó el delantero del Espanyol, sólo cinco minutos después de haber sustituido a Tamudo. Era el décimo tanto del pichichi en la competición europea, apodado rifle. Los rivales le miran de reojo, los compañeros le admiran. "¡Es que tiene un zapato en la cabeza!", argumenta Zabaleta. "Bromeamos con él durante los entrenamientos. Le llamamos el martillo de tantas veces como remata y golea", cuenta Gorka, el portero titular en el torneo europeo en detrimento de Kameni.

El concurso del experimentado ariete (Montevideo, 1976) se antoja más importante si cabe debido a la lesión que impide a Tamudo estar presente en la pugna del Espanyol por una plaza en las semifinales. Pandiani ha resucitado a base de goles después de un breve y aciago paso por el Birmingham en 2005, donde recaló repudiado por el Depor, club que no asimiló que acusara a Diego Tristán de llegar ebrio a los entrenamientos y a Irureta, de consentírselo. Llegó al Espanyol, ganó la tercera Copa del Rey de su carrera -las otras fueron con el Deportivo y el Mallorca-, y esta temporada ha emergido de forma espectacular en el momento más crítico para su equipo, tras la eliminación en la Copa ante el Rayo y cuando el técnico Ernesto Valverde era cuestionado por una parte de la directiva.

Marcó goles decisivos en los últimos minutos ante el Athletic (3-2) y el Betis (1-1), y prosiguió con la racha que le ha colocado al frente de los goleadores de la UEFA con dos tantos de ventaja respecto al rumano Niculescu, del Dinamo de Bucarest. En aquel momento de la temporada creyó haberse hecho acreedor a más minutos de juego. "Pensé que contaría más; me molestó un poquito que el mister no me diera más continuidad", dijo. En la Liga suma tres goles tras disputar 29 partidos, pero sólo 5 de ellos como titular.

Las posibilidades de que Pandiani esté hoy en el equipo inicial han aumentado dada la baja de Tamudo. "No siento más responsabilidad que otras veces. Se me está dando bien la UEFA y espero volver a marcar", dice el uruguayo, con casa en una población del Maresme y que posee un camión personalizado de color rojo que mide siete metros de largo y cuatro de alto, adquirido en 2004 en A Coruña y que era uno de sus sueños de niño: "Mi padre era camionero y mis primeras experiencias al volante fueron con camiones".

El sueño de Pandiani, hoy, es volver a lograr uno de los goles trascendentales que ha marcado a lo largo de su carrera como el hat trick que le hizo al París St. Germain, el gol al Madrid con el que clasificó al Depor para la Champions de 2001 o los dos que obtuvo ante el Milan tres años después. "Debemos salir pensando que vamos 0-0 e intentar ganar por todos los medios. El equipo está demostrando que está bien y que fuera de casa somos fuertes". Pandiani acecha el ritual de la afición del Benfica tradicionalmente escenificado durante los prolegómenos de los partidos cuando el águila Vitoria planea por el estadio de La Luz hasta posarse sobre el estandarte dorado en el centro del césped.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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