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Fracasa el primer plan de Semana Santa con carné por puntos al superarse los 100 muertos

Tráfico registró 103 fallecidos cuatro horas antes de cerrarse el balance definitivo de víctimas

La Dirección General de Tráfico encaraba la operación especial de Semana Santa que concluyó ayer como un examen al nuevo carné por puntos. La nota es un suspenso, ya que no se ha cumplido el objetivo de bajar del centenar de muertos en los 11 días que ha durado el dispositivo, pese a que este año también se han instalado más radares. Hasta las ocho de la tarde, cuatro horas antes del cierre de la operación, los fallecidos ascendían a 103, siete menos que en 2006. La última jornada, festiva en Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco y Navarra, deparó más de 200 kilómetros de colas.

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El director general de Tráfico, Pere Navarro, pareció ejercer de agorero cuando afirmó que la operación especial de Semana Santa fracasaría si se superaba el centenar de muertos en carretera. A las ocho de la tarde de ayer, cuatro horas antes de que el dispositivo concluyese, el número de fallecidos ascendía a 103, seis menos que el año pasado a la misma hora y siete menos que al cierre de la operación de 2006, en la que hubo 110 muertos.

Ni la implantación del carné por puntos, ni la utilización de 68 nuevos radares en 175 puntos de la red viaria, ni las campañas publicitarias -centradas este año en convencer al conductor de que cualquier razón es buena para no perder puntos- han logrado el efecto disuasorio deseado por la DGT, cuyos responsables, a la espera de analizar los datos definitivos de la campaña, han relacionado el elevado número de siniestros con las malas condiciones meteorológicas.

El viernes 30 de marzo, primer día de la operación, arrojó un bagaje prometedor: un único fallecido. Pero el fin de semana concluyó con un balance trágico. El sábado 31, con 20 muertos, es el día más sangriento en lo que va de año. El domingo 1 de abril perecieron 14 personas. Entre semana los datos mejoraron, pero sólo hasta que comenzó la operación retorno: el jueves se contabilizaron 17 muertos, el viernes 11, el sábado 15, y el domingo 10. Ayer falleció un hombre de 61 años después de que el vehículo en el que viajaba fuera alcanzado por otro en la AP-15 a la altura de Tiebas, en Navarra. Si las cifras de víctimas apenas han mejorado respecto al año anterior, tampoco se aprecian variaciones respecto al tipo de calzada en la que se suelen producir los accidentes mortales. Las carreteras de un solo carril por cada sentido de circulación siguen siendo más peligrosas que las autovías, por mucho que éstas se colapsen por el enorme volumen de tráfico en días festivos. El año pasado, el 83% de los siniestros tuvieron lugar en carreteras convencionales. Ayer, el Real Automóvil Club de España (RACE) cifró en un 80% el porcentaje de accidentes en vías secundarias, tanto en Semana Santa como el resto del año.

Varios de los sucesos más graves de las fiestas se debieron a choques frontales acaecidos cuando un conductor invadió el carril contrario para adelantar o por un descuido. Así sucedió en la colisión múltiple que acabó con la vida de un matrimonio, su hija de 13 años y otra menor de la misma edad el sábado 31 en Burgos. O en el accidente que, un día después, se saldó con otras tres personas muertas en la localidad valenciana de Terrateig.

Retenciones kilométricas

El regreso de las vacaciones también deparó retenciones kilométricas en algunas de las comunidades autónomas en las que el lunes de Pascua es día festivo, en concreto en Cataluña, la Comunidad Valenciana y el País Vasco, pero no en Navarra. También hubo colas en los accesos a Madrid. A media tarde, las caravanas superaban los 200 kilómetros.

La autovía del Mediterráneo (A-7) y la autopista AP-7 registraron dificultades en varios tramos de todo su recorrido, desde Málaga hasta Cataluña, con colas de 19 kilómetros a la altura de Tarragona y atascos en las provincias de Barcelona y Girona. También en la AP-7, las colas llegaron a ser de 14 kilómetros en Gata de Gorgos (Alicante), en dirección a Valencia. En la A-7 hubo complicaciones a lo largo de siete kilómetros en Crevillent (Alicante) y otros ocho en Totana (Murcia). En Euskadi, el retorno de cientos de vehículos procedentes de La Rioja y Burgos originó tráfico lento y caravanas en el peaje de Armiñón (Álava) y en la N-124, en la incorporación de ambas a la N-1.

En los accesos a Madrid hubo colas de 10 kilómetros en la A-2, a su paso por Azuqueca de Henares (Guadalajara), la A-5, a la altura de Valmojado y Cazalegas (Toledo), y en la A-6, en las inmediaciones de Las Rozas.

Caravana de vehículos a mediodía en la AP-7, en sentido Barcelona, a su paso por la localidad tarraconense de Salou.
Caravana de vehículos a mediodía en la AP-7, en sentido Barcelona, a su paso por la localidad tarraconense de Salou.EFE

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