Malditas cunetas
Los que cada día tenemos que hacer kilómetros en las carreteras de doble sentido sabemos que lo normal es circular a la misma velocidad que en las autovías, es decir, a 120 kilómetros por hora. También sabemos que la señalización y las condiciones del pavimento son bastante mejorables. Además, existen descerebrados que utilizan estas carreteras como si fueran circuitos privados donde hacer carreras.
De hecho, cuando nos encontramos con un vehículo que viene de cara invadiendo tu carril, o adelantando, no podemos huir, ya que desgraciadamente el diseño asesino de las cunetas de las carreteras de este país sólo te dejan la opción de un choque frontal o dar cinco vueltas de campana después de haber caído en esas profundas cunetas que parecen fosos medievales; es imposible salir de ellas con vida.
Si ante circunstancias extremas pudiéramos salir de la carretera a los campos abiertos sin encontrarnos las cunetas, al menos tendríamos una oportunidad de sobrevivir.
¿Quién no conoce a alguien que murió por culpa de estas malditas trampas que son las cunetas? ¿Han pensado cuántas vidas se salvarían si en lugar de estas cunetas se construyeran suaves terraplenes? Seguro que además son más baratos.
