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Los astilleros flotan

La construcción naval resurge de la crisis

Tras la división forzada de los astilleros públicos en civiles y militares y la privatización de los primeros, sólo queda pendiente de resolver el futuro de la planta de Manises en Valencia, sobre la que hay una oferta de compra del grupo Ros Casares. Los astilleros privados, especializados en barcos de medio y pequeño tamaño, atraviesan un buen momento y echan de menos mano de obra cualificada. En la vertiente militar, representada por Navantia, la carga de pedidos supera las 42 unidades, por un valor superior a los 5.500 millones de euros.

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