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La oposición cubana carga contra la propuesta española de diálogo sobre derechos humanos

Escepticismo y cautela de los diplomáticos europeos, en espera de la respuesta de La Habana

El reciente viaje a Cuba del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sigue provocando polémica. La resaca política de la visita afecta especialmente a la disidencia, en su mayoría crítica con el Gobierno español, y a las embajadas de los demás Estados europeos, que tratan de analizar ahora el alcance real de la estrategia de acercamiento promovida por la diplomacia española. Entre los diplomáticos europeos predomina el escepticismo, pero también la cautela en espera de los siguientes pasos de las autoridades cubanas.

La mayoría de los grupos de la disidencia han criticado con dureza al ministro español, y no sólo por marcharse sin recibirlos y encargar al director general para Iberoamérica, Javier Sandomingo, reunirse con ellos un día después de su partida. Cuestionan sobre todo la conveniencia de la visita y todavía más la utilidad de la creación de un mecanismo institucional para dialogar con las autoridades sobre derechos humanos, el resultado más visible del viaje.

Las Damas de Blanco, el colectivo de mujeres familiares de los 75 disidentes con largas condenas desde la primavera de 2003, fue el primero en poner el grito en el cielo. Miriam Leyva, esposa de Oscar Espinosa Chepe -uno de los 16 miembros del Grupo de los 75 liberado con una "licencia extrapenal" por motivos de salud- fue especialmente directa en los días de la visita: "Moratinos traicionó a nuestros prisioneros y a todas las personas reprimidas desde marzo de 2003", dijo. Considero que nos debe una excusa por esta humillación y estos acuerdos con un Gobierno que desconoce absolutamente los derechos humanos".

En esta misma línea se manifestó la economista Martha Beatriz Roque, líder de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, quien calificó el viaje de "muy negativo" y "un retroceso". "Moratinos fue totalmente complaciente con el Gobierno y aceptó todas sus condiciones. ¿De qué diálogo de derechos humanos están hablando si delante de él Felipe Pérez Roque dijo que los presos eran mercenarios y terroristas y que estaban fuera de la agenda?".

Martha Beatriz Roque se refería al incidente ocurrido el martes durante la rueda de prensa de ambos ministros tras presentar el acuerdo alcanzado en materia de diálogo sobre derechos humanos. Al preguntarle un periodista si habían hablado de los presos políticos, el canciller dio la habitual respuesta cubana: en la isla no existen prisioneros de conciencia. Todos los que están en la cárcel son "mercenarios al servicio de una potencia extranjera" y este es un "asunto interno" que está "fuera de la agenda". Moratinos, visiblemente contrariado pero tratando de que la cosa no llegara a mayores, dijo escuetamente justo después: "Hemos discutido todos los temas en un clima de confianza, de entendimiento y de respeto".

"Experto en engañar"

El activista de los derechos humanos Elizardo Sánchez es también escéptico sobre el posible resultado del dialogo: "No creemos que el Gobierno de Cuba vaya a responder de manera positiva al esfuerzo diplomático español. El Gobierno de Cuba es experto en engañar a casi todo el mundo".

Para el líder del Proyecto Varela, Oswaldo Payá, es especialmente insultante que el Gobierno español se haya "adaptado a las condiciones de exclusión que el régimen impone a la disidencia". Y Vladimiro Roca, del Movimiento Todos Unidos considera que la visita sólo fue positiva para Cuba, pues supone "un espaldarazo en este momento de crisis. El viaje se venía preparando desde hace tiempo y no ha logrado siquiera la excarcelación de un preso político".

Laura Poyán, otra de las líderes de las Damas de Blanco, condiciona su valoración de la visita a los resultados. "Si dentro de unos días o semanas el Gobierno libera a 10 presos, acerca a sus hogares a los 27 que cumplen condena fuera de sus provincias y les da un trato mejor en la cárcel, entonces puede considerarse que habrá sido fructífera, pero sino es así, es lamentable".

Todos fueron invitados al encuentro con Sandomingo pero declinaron participar. Sí lo hicieron los socialdemócratas Manuel Cuesta Morúa y Eloy Gutiérrez Menoyo, para quienes la visita fue positiva. Según Cuesta Morúa, "no se debe sustituir la eficacia posible de un dialogo entre Gobierno y Gobierno en materia de derechos humanos por 15 minutos de fama con Moratinos". A juicio de este opositor, el acuerdo de dialogo tiene valor, pues aunque Cuba trate de introducir su visión excluyente, "se trata de un primer paso importante, ya que el Gobierno acepta discutir sobre un tema tabú".

Menoyo, ex comandante que pasó 22 años en la cárcel y fue liberado gracias a gestiones de Felipe González, va más allá: "Lo logrado es muy importante, pues por ahí se empieza. Lo de menos es que Pérez Roque dijera el otro día que los presos están fuera de la agenda. Los diálogos pueden comenzar así, con exabruptos, pero luego ambas partes se sientan en la mesa, alejadas de los micrófonos, expresan sus diferencias".

Miriam Leyva, de las Damas de Blanco, en la puerta de la Embajada española en septiembre de 2005.
Miriam Leyva, de las Damas de Blanco, en la puerta de la Embajada española en septiembre de 2005.EFE
El disidente socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa.
El disidente socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa.REUTERS

El termómetro de la excarcelación de presos

Los diplomáticos europeos acreditados en La Habana han seguido con gran interés el viaje de Moratinos. El criterio general es que España ha hecho una apuesta fuerte, arriesgada y con valor, y ahora se trata de comprobar si Cuba corresponde a este esfuerzo diplomático. El viernes pasado, el embajador español, Carlos Alonso Zaldivar, se reunió con sus colegas europeos para explicar cómo fue la visita, el contenido de los acuerdos y su posible alcance en beneficio de todos los miembros de la UE.

"España se ha tirado de cabeza a la piscina, ha dado cosas tangibles a cambio de intangibles y promesas de futuro; por eso es importante saber hasta dónde Cuba esta dispuesta a llegar en su ayuda a la posición española", asegura uno de los diplomáticos europeos que estuvo presente en la reunión. La ayuda que todo el mundo espera tiene un termómetro que es la excarcelación de presos. Otra podría ser que las autoridades rebajen el tono beligerante contra la UE y que cesen los actos de repudio. Si hubiera una respuesta favorable de Cuba, algunos considerarían que La Habana esta dispuesta a avanzar y que la vía abierta por España compensa.

Escepticismo hay. Algunos embajadores recuerdan que, en el pasado, países como Canadá tuvieron mecanismos similares de dialogo sobre derechos humanos y fracasaron. En la reunión del viernes, uno de los embajadores preguntó a Zaldívar sí iba a dialogar como "interlocutor privilegiado" de las autoridades o como representante de España. Era una broma, pero no tanto, pues son conocidas las reticencias de muchos a la estrategia de acercamiento de España. Más cuando el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, dijo durante la visita que su país no está dispuesto a iniciar aún un diálogo con la UE. El mejor resumen: hay que esperar.

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