La banda daría "una respuesta contundente" si moría De Juana, según comentó un detenido
La Guardia Civil no tiene constancia de una orden etarra que avale esa posición
El comando Urederra de ETA, desarticulado por la Guardia Civil en Guipúzcoa, había recibido instrucciones de cometer atentados si el preso Iñaki de Juana Chaos moría como consecuencia de la huelga de hambre que estaba realizando, según informaron fuentes de la investigación que cita la agencia Vasco Press.
La célula terrorista había recibido órdenes de ir recogiendo información y de estar preparada para cometer atentados, aunque tenía que estar a la espera de recibir las instrucciones correspondientes para poder actuar. Sin embargo, la única excepción era en el caso de que De Juana Chaos muriese a causa de la huelga de hambre que estaba haciendo. En ese supuesto, el comando podía realizar atentados sin esperar a recibir la orden de sus jefes en Francia.
Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil aseguraron ayer por la tarde no tener constancia de esta excepción, ya que no figura en ninguna de las diligencias tramitadas ni tampoco se ha hallado ningún documento que avale la existencia de esa instrucción de la dirección etarra.
Medios del Ministerio del Interior, por su parte, indicaron que lo único que tiene la Guardia Civil es que uno de los detenidos ha relatado que había escuchado que la dirección de la banda terrorista daría "una respuesta contundente" si De Juana moría, pero que en ningún caso había ya una orden de atentar.
De Juana Chaos inició una huelga de hambre a raíz de su procesamiento por la publicación de dos artículos. Mantuvo esta postura durante 114 días. Hace un mes, tras ser condenado a tres años de cárcel por un delito de amenazas y otro de enaltecimiento del terrorismo, quedó en prisión atenuada por decisión del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que asumió la propuesta aprobada por mayoría en la Junta de Tratamiento de la cárcel de Aranjuez (Madrid). La propuesta consiste en aplicarle un tratamiento específico que le permitirá cumplir en su casa y bajo vigilancia telemática (a través de una pulsera, de un control de voz o telefónico) el año largo de cárcel que aún le queda.
Desde el pasado 1 de marzo, el ex miembro del comando Madrid se recupera de las secuelas de la huelga de hambre en el hospital Donostia de San Sebastián.
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