_
_
_
_
_

Una reunión de jefes a la que siguieron 25 despidos

La mecha que acabó haciendo estallar el enfado de los directivos de Intervida se prendió en una reunión de la fundación celebrada en abril de 2005 en el municipio de Comarruga, en la provincia de Tarragona, según relatan una decena de ex trabajadores y actuales empleados. El encuentro fue promovido por Eduardo Castellón, entonces presidente de INWA (la organización que agrupa a todas las Intervidas que hay repartidas por el mundo) y a Emilio Vidal, el entonces director de Intervida España, siempre según las mismas fuentes. Allí fueron convocados los directivos de Barcelona y de otros países. Las caras de muchos de ellos mostraban un considerable mosqueo.

Algunos de ellos habían estado hablando en el hotel y la información que intercambiaron les hizo sospechar que, a pesar de ser directivos de la organización, desconocían demasiado sobre la forma de proceder. Se empezó a hablar de movimientos de dinero, empresas endeudadas o sin actividad y cierto caos, explican estas fuentes. Esa información, unida a la investigación que había iniciado la fiscalía de Cataluña en diciembre de 2003 y que había llevado a muchos de ellos ante la fiscal, les movió a la rebelión.

La reunión fue presidida por Emilio Vidal, que abandonó la ONG en junio del año pasado

. Dio algunas explicaciones sobre la función de las empresas creadas en países como Perú y Guatemala.

Transparencia

Varios jefes solicitaron más detalles sobre la investigación que estaba llevando a cabo la fiscalía y exigieron más transparencia. No entendían el entramado de sociedades, asociaciones y fundaciones que se ocultaban tras Intervida. Pidieron conocer en detalle la aplicación del dinero en los proyectos y solicitaron que en adelante se les dieran a conocer las decisiones que se tomaran. Al final de la reunión, que se estaba tornando tensa, apareció Eduardo Castellón, que se reunió con cinco directivos. Les explicó que la creación de empresas era algo habitual en el sector y que los beneficios se invertían en fines sociales. Se negó a dar detalles sobre las sociedades y sobre quiénes y cómo las dirigían, añaden las mismas fuentes.

Cuatro directivos fueron despedidos en los días siguientes a la reunión de Comarruga. Empezaron a llamarla la reunión de los 25, porque ese fue el número de despedidos durante los meses siguientes. Emilio Vidal señaló ayer que no fue ésa la razón por la que se les echó de la empresa. "A los cuatro primeros sí se les despidió en los 15 días siguientes a la reunión, pero en absoluto como represalia. Hubo otros despidos en los meses siguientes, pero todos por otras cuestiones laborales, no por ese tema", afirmó ayer Vidal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_