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Reportaje:

El Ebro arrasa la cosecha

Los agricultores comienzan a evaluar los daños, los vecinos pasan otra riada más y los políticos retoman la discusión sobre el trasvase

Cataluña, Navarra y sobre todo Aragón seguían ayer pendientes de un río. Protección Civil mantenía la alarma en toda la cuenca por precaución. La punta de la riada del Ebro llega hoy a Zaragoza, ciudad que mantendrá el nivel de alerta durante los próximos dos días. El río superó los siete metros de altura en Alagón y los agricultores, que han visto cómo se anegaban 4.000 hectáreas de cultivo, se han despedido ya de cosechas enteras de hortalizas y cereales.

AGRICULTORES Zona catastrófica

Los agricultores de Navarra y especialmente Aragón contienen la respiración a la espera de que baje el agua que ha anegado sus parcelas para poder evaluar los daños. "De momento, ya damos por perdidas las cosechas de brócoli y coliflor, y a ver qué pasa con el trigo", lamentaba ayer Fermín Royo, agricultor de Buñuel, a 18 kilómetros de Tudela, en Navarra. "Aquí nos ha tocado a casi todos".

En Alagón (Zaragoza), donde la punta de la crecida del río llegó ayer a 7,30 metros de altura, otro agricultor, Jesús Lacambra, lamentaba: "He perdido el sustento de todo el año, unos 36.000 euros, y eso sin contar con los daños a las infraestructuras".

Tanto UAGA-COAG como UPA -los dos principales sindicatos de agricultores- de Aragón pidieron ayer que las inundaciones se declarasen desastre natural. Javier Sánchez, secretario general de UAGA-COAG en Aragón, reconocía que la rotura de las motas para que se inundasen los campos y el agua no entrase en los pueblos había sido "una buena medida", aunque el campo había sufrido más. Prefirió no calcular todavía cuánto.

José Manuel Roche, secretario general de UPA en Aragón, se atrevió a dar algunas cifras. "Ha sido una riada devastadora. 4.000 hectáreas están anegadas en la ribera alta, media y baja del Ebro. Los cultivos de cereal, alfalfa y hortalizas son irrecuperables. Entre 2.000 y 2.500 agricultores van a tener unas pérdidas muy parecidas a las de la riada de 2003; es decir, en torno a los 30 millones de euros, incluyendo los daños a las infraestructuras, los sistemas de regadío...".

Para Roche podría haberse evitado: "Hay que limpiar el río de una vez por todas. De otro modo, estaremos incluso poniendo en peligro la integridad física de las personas que viven cerca", añadió. El alcalde de Sobradiel (Zaragoza) está de acuerdo: "Hay que tomar una determinación para limpiarlo o un día tendremos una desgracia".

VECINOS ACOSTUMBRADOS Hechos a lo impredecible

"Yo veía lo cargado que iba el río y me puse en lo peor, creí que se me iba a inundar la casa", asegura Mercedes, vecina de Gallur (Zaragoza), acostumbrada a los sustos del río, como casi todos los vecinos de la Ribera del Ebro. "No es la primera vez que se desborda ni será la última. Todos los años hay alguna riada, pero cada cierto tiempo ocurre una de este tamaño y te pones en lo peor" , aclaraba Manuel, vecino de Cabañas de Ebro, también en Zaragoza. Uno de los pueblos que peor lo ha pasado ha sido Novillas, pegado a la orilla del río. En 2003 sus vecinos tuvieron que ser evacuados, y esta vez algunos han tenido que achicar agua en sus casas. "Casos contados", según el alcalde, José Ayesa. A pocos kilómetros de allí, en Pradilla, un vecino relataba: "Cuando vimos que no llegaba a las casas, respiramos, pero al ver cómo había arrasado los cultivos nos pusimos en lo peor".

En los núcleos urbanos estaban más tranquilos, lo que no evitó que en Tortosa se desatara una histórica reivindicación en las poblaciones de la ribera catalana del Ebro, cuando el alcalde, Joan Sabaté (PSC), solicitó que fuera la Confederación Hidrográfica del Ebro, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, y no las empresas hidroeléctricas las que asuman la gestión de los embalses.

Por otra parte, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, José Luis Alonso, concluyó ayer que si no hubiesen utilizado los pantanos de Yesa e Itoiz para laminar el Ebro, la crecida extraordinaria de estos días hubiera tenido entre 650 y 1.000 metros cúbicos por segundo más de caudal.

LA MINISTRA NARBONA "Ni un euro para el trasvase"

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, calificó ayer de "demagogia" las acusaciones del Partido Popular, que asegura que las inundaciones se deben a la derogación del Plan Hidrólógico Nacional. "Es mentira que hayamos derogado el Plan. Lo único que ha derogado el Gobierno es el trasvase del Ebro y no por capricho. La Comisión Europea dijo que no daba ni un euro para el trasvase". La ministra añadió que las obras para ayudar a prevenir las riadas y minimizar los daños estaban en marcha y culminarían "en cuatro o cinco años". También rechazó el reproche del PP de "desperdiciar" en el mar el agua que podrían aprovechar Murcia y la Comunidad Valenciana, alegando que "gracias a ese agua que va al mar sigue existiendo el Delta del Ebro".

"Debemos construir más embalses, favorecer los bosques que detienen el avance de las avenidas en las riberas de los ríos y dejar de construir en zonas inundables, a veces en pleno cauce de los ríos", concluyó Narbona, que aseguró que según los expertos el cambio climático traerá más riadas y en periodos de tiempo más cortos. Las más inmediatas vendrán con el deshielo de las montañas de los Pirineos.

El Partido Popular e Izquierda Unida pidieron ayer su comparecencia en el Congreso. Los populares, que han paralizado una desaladora en la Comunidad Valenciana, quieren preguntarle si sigue pensando que el trasvase no es necesario y que las desaladoras son la mejor opción para solucionar la escasez de agua de Levante.

EMBALSES AL 60% Cambio de tendencia

Las primeras lluvias de la primavera han invertido la tendencia a la baja de los embalses, que llevaban tres semanas consecutivas perdiendo hectómetros cúbicos. Las reservas acumulan 32.693 hectómetros cúbicos de agua y han aumentado un 0,7%, hasta el 60,4% de su capacidad, según el último Boletín Hidrográfico del Ministerio de Medio Ambiente.

La cuenca del Ebro recogió mucha agua de las lluvias y aumentó 198 hectómetros cúbicos respecto a la semana pasada, hasta el 68,51% de su capacidad. Sin embargo, en Cataluña las lluvias no impidieron que el Govern aprobase el decreto de sequía. Los embalses de la cuenca interna catalana están a menos del 40%.

Las cuencas más deficitarias volvieron a ser las del Segura y el Júcar, al 18,4% y 17,9%, respectivamente, de su capacidad.

Información elaborada por: Javier Lafuente, Natalia Junquera, Concha Monserrat y Oriol Aymí.

Vista aérea de la carretera entre las localidades navarras de Fustiñana y Ribaforada, anegada por el desbordamiento del Ebro.
Vista aérea de la carretera entre las localidades navarras de Fustiñana y Ribaforada, anegada por el desbordamiento del Ebro.EFE
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