La 'experiencia Itturraundi'
Una plataforma con miembros de Batasuna ha gobernado desde 2003 el Ayuntamiento de Gaztelu
El 3 de junio de 2002, al acabar un pleno municipal en el pueblo guipuzcoano de Gaztelu, la entonces concejal Rosa Gabirondo, del grupo Gazteluko Herritarrak (próximo al PNV), recibió un manotazo en la cara propinado por su hermano Joxe, edil de la ahora ilegalizada Batasuna, y se libró de la agresión de su propio hijo, simpatizante radical. Episodios como éste, que dan fe de la tensión que llegó a vivir la localidad, no han vuelto a repetirse, según aseguran los nuevos responsables del gobierno municipal. Gaztelu, con 150 habitantes, está gobernado por Itturraundi, una de las pocas agrupaciones de electores que hace cuatro años pasaron el filtro del Tribunal Supremo.
"La tensión ha bajado muchísimo en el pueblo". Lo dice el alcalde, Patxi Navas. El municipio fue hace no tantos años un foco de conflictos políticos permanentes. Aquí eran moneda corriente las amenazas, las intimidaciones, las agresiones en alguna ocasión, entre vecinos.
En las elecciones de 2003, tras la ilegalización de Batasuna, en Gaztelu pudo concurrir la candidatura Itturraundi, integrada por representantes de IU, independientes y gente de la izquierda abertzale. Salvó el veto del Supremo y logró hacerse con el gobierno. "Si le preguntas a cualquiera, de uno o de otro bando, te dirán lo mismo: ahora se vive mejor", cuenta Navas. En el Ayuntamiento de Gaztelu sólo hay representantes de formaciones nacionalistas: Itturraundi y Gazteluko Herritarrak.
José Luis Rebordinos, vecino del municipio y director del Festival de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, coincide con el alcalde: "En cuatro años no ha habido ninguna bronca". Y la clave ha estado, añade, en que "no se ha hecho la política de Batasuna": apenas se han debatido mociones políticas y la acción municipal se ha centrado en "resolver los problemas del día a día".
Como ha sucedido en otros pequeños ayuntamientos del entorno -Belauntza, Leaburu o Lizartza-, la izquierda independentista ha tratado de dominar siempre la situación. El PNV llegó a denunciar en varias ocasiones las "prácticas mafiosas" de HB. Una destacada militante peneuvista que vive en la zona considera que el funcionamiento en estos consistorios después de 2003 ha sido "mejor de lo esperado". "La situación se ha calmado bastante". Navas explica por qué: el Ayuntamiento se ha ocupado "en exclusiva" de "mejorar la situación social del pueblo", mediante la apertura de una ludoteca, un local social multifuncional o la construcción de apartamentos "para que los jóvenes se queden a vivir en Gaztelu".
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