La iglesia 'roja' de Madrid planta cara al arzobispado
La parroquia se rebela contra la orden de Rouco Varela de no volver a celebrar misa
La parroquia de San Carlos Borromeo, en Vallecas (Madrid), plantó ayer cara al arzobispo Antonio María Rouco Varela y decidió no aceptar la decisión de la jerarquía eclesiástica de que debe ceñirse sólo a su actividad social y no puede, en ningún caso, celebrar misa. El arzobispado de Madrid ha decidido destinar las instalaciones de la parroquia a un centro de Cáritas; y sólo bajo esa supervisión los curas podrán seguir haciendo su labor de ayuda a los marginados.
En un comunicado, el arzobispado de Madrid dejó ayer claro el mensaje que le envía a los tres curas de la parroquia de San Carlos Borromeo: si quieren seguir haciendo su labor social tendrá que ser bajo la supervisión de la institución Cáritas, que pasaría a disponer de las instalaciones de la parroquia. Los sacerdotes no podrán, en ningún caso, celebrar liturgias.
"En la misa no podemos decir ni hacer lo que se nos ocurre, si no lo que dictamina la iglesia", explicó ayer Joaquín Martín, vicario de la Vida Consagrada. El arzobispado achaca a los curas que celebren la misa vestidos de calle y que en la eucaristía en vez de hostias repartan rosquillas.
Los tres sacerdotes -el popular Enrique de Castro, el cura rojo; Javier Baeza y Pepe Díaz- no van a acatar la orden de la Iglesia. No están solos: cuentan con un apoyo masivo de feligreses; de parroquias de toda España; de congregaciones de monjas, de asociaciones de vecinos y del PSOE e IU. Al correo electrónico de la parroquia llegaron ayer cientos de mensajes de solidaridad: de la comunidad salesiana de Sevilla; de las carmelitas de la Caridad; de iglesias de Barcelona; de católicos anónimos.
"No vamos a desligar nuestra labor social, de ayuda a los marginados, con la manera en la que nosotros celebramos las liturgias", explicó ayer el cura Enrique de Castro, que reiteró que van a seguir oficiando misa. En ese caso, el arzobispado, aunque no quiso adelantar ninguna acción, "actuaría en consecuencia, primero con una amonestación y si los curas siguen en la desobediencia, con una sanción grave", concluyó el vicario Joaquín Martín.
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