Huellas
Cada vez son más fuertes los motivos para empezar a olvidarse de las clásicas catalogaciones de disciplinas artísticas. No hace falta buscar argumentos teóricos para sustentar esta tendencia, que se constata visitando semana tras semana distintas exposiciones. En ellas encontramos expresiones visuales alimentadas por fotografías, pintura y amagos de escultura sobre arcilla o arena. Tiempos de globalización, de fusión de culturas, antes mestizaje. Un crisol donde se funden distintas herramientas artísticas para ofrecernos nuevos caminos. De esta manera, sueño y realidad se convierten en un solo motivo. Queda aparcada la frontera entre documento y ficción. Así, aparece lo que podemos sencillamente denominar "documento visual", aunque además de verlo también podamos palparlo.
En estos caminos de expresión encontramos la exposición Huellas, presentada por Eloísa Montoya (Vitoria, 1979) en la capital alavesa. Es un trabajo donde se propone una reflexión sobre los parajes olvidados, fragmentos de arquitectura urbana deteriorados por el paso del tiempo. En rincones de una ciudad donde se revuelve la memoria, se despiertan los recuerdos y con ellos llega la melancolía.
Esta joven creadora, licenciada en Bellas Artes por la UPV, hasta el momento tiene marcada su trayectoria por la fotografía y la pintura. Suponen recursos primordiales para plasmar sus inquietudes. Sabe combinar ambas disciplinas y, si así lo requiere la obra, añadir otros elementos enriquecedores.
En su método se distinguen dos etapas principales. Por un lado, está la captura fotográfica del lugar donde realiza varias tomas desde distintas posiciones. Con estas imágenes, sobre un soporte principal hace una primera reconstrucción del lugar. En la segunda etapa, al amparo de pinceles o espátulas, llega la fase pictórica. Con ella amplia y reconstruye el lugar.
La fantasía sigue formas, tonos y colores marcados por las fotografías y termina fundiéndose con el documento gracias a barnices, arenas u otros materiales expresivos.
El resultado final nos ofrece un hermanamiento de las diferentes técnicas empleadas. Ninguna está por encima de la otra. Con ello, los parajes olvidados adquieren un nuevo impulso vital. Sus formas primitivas se han recompuesto desde una abstracción incapaz de romper con sesgos figurativos. Así, ofrecen distintas expectativas y nuevas ilusiones.
Huellas. Eloisa Montoya. Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Paseo de la Florida, 24; Vitoria. Hasta el 13 de mayo. Horarios: lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00; sábados, de 10.00 a 13.30; domingos y festivos, cerrado.
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